Tuesday, May 6, 2025

Esperanza Escondida

Salmos 42:11  
¿Por qué te desesperas, 
alma mía, 
Y por qué te turbas dentro de mí? 
Espera en Dios, 
pues lo he de alabar otra vez. 
¡Él es la salvación de mi ser, y mi Dios!

La profundidad de nuestros corazones engañosos y distorsionados… Incluso cuando anhelamos honrar a JESUCRISTO – con todo nuestro ser – luchamos con dudas, inseguridades, avaricia y orgullo… Y estos constantes recordatorios de nuestra “pecaminosidad” dañan nuestra relación con nuestro SEÑOR y el ESPÍRITU SANTO. Causamos daño a diario… El daño continuo – sin confrontar ni confesar – crea turbación en nuestras almas. Y entonces comenzamos a buscarLO con oración. Con quebranto… Con humildad… Porque si nuestro SEÑOR no fuera amor y no estuviera deseoso de perdonar – estaríamos perdidos.

En ocasiones, Dios nos permite sentir desesperación incluso cuando no hemos cometido ningún pecado (de los que seamos conscientes). (Y a veces ni siquiera nos damos cuenta de que nuestros pecados de “omisión” son tan flagrantes como los de “comisión”). A veces, ÉL simplemente nos permite recordar “la paz” que solo ÉL nos da, haciendo que sea difícil encontrar”la”. Se distancia un poco — en ciertos días — simplemente para que apreciemos más profundamente SU regreso al trono de nuestros corazones. El salmista comprendió que se puede confiar en el amor de DIOS.

En los días que recibimos las “consecuencias” de nuestros pecados – O – los días que ÉL se distancia para nuestro beneficio – DIOS es fiel. ÉL no nos abandonará como ÉL fue abandonado en la cruz. Nada puede separarnos de SU amor – nunca. Hay momentos en nuestras vidas – como “CRISTIANOS” – DIOS quiere enseñarnos a profundizar nuestra dependencia de ÉL. Y ÉL se distancia. Estos no son días “buenos” – como los vivimos. Son días “buenos” cuando reflexionamos y nos damos cuenta de que “crecimos” cuando pensábamos que ÉL no estaba cerca. Estos días de ser enseñados por SU distancia ocurren cuando ÉL quiere – NO cuando nos distanciamos a través del pecado. (Somos tan corruptos – somos “tentados” a ser la causa de la distancia. Esto nunca funcionará correctamente.) Las lecciones que ÉL ofrece son ofrecidas en SUS términos – no en los nuestros.

Nuestro DIOS nos ama. Más de lo que aún nos damos cuenta o entendemos. Porque SU amor es tan profundo – el dolor que LE causamos en la cruz también lo fue. Comprender “cuánto” sufrió nuestro SEÑOR por nosotros es una espada de doble filo. Nos constriñe a anhelar profundamente servirLE y honrarLE. Al mismo tiempo, SU amor por nosotros en la cruz nos asegura que no nos soltará. ÉL sufrió para que podamos estar con ÉL. Ciertamente – no nos abandonará ahora. Y esta idea es precisamente la esperanza que se encuentra en este Salmo escrito hace miles de años. El salmista no entendió (ni sabía o conoció) de la cruz. Pero – incluso entonces – por medio del Espíritu Santo – supo que DIOS es fiel. Hoy podemos comprender SU fidelidad con mucha más claridad. Nuestro SEÑOR murió por nosotros. Dio SU vida perfecta para que pudiéramos ser perdonados eternamente. ÉL nunca nos soltará. Incluso en los días en que parece que ÉL no está cerca. ÉL ES (y ESTÁ). CERCA. Simplemente necesitamos confiar en ÉL y seguir adelante… Sirviendo a los demás y buscando SU presencia. ÉL nos mostrará, muy pronto, SU presencia. Y estaremos en “paz” – de nuevo.
¿Por qué te desesperas, 
alma mía, 
Y por qué te turbas dentro de mí? 
Espera en Dios,
 pues lo he de alabar otra vez. 
¡Él es la salvación de mi ser, y mi Dios!

1 comment:

Cambios Profundos

2 Corintios 7:1  Por tanto,  amados,  teniendo estas promesas,  limpiémonos de toda inmundicia de la carne y del espíritu, perfeccionando la...