Thursday, May 22, 2025

No Entendemos

Eclesiastés 11:5 
Como no sabes cuál es el camino del viento, 
O cómo se forman los huesos en el vientre de la mujer encinta, Tampoco conoces la obra de Dios que hace todas las cosas.

¿Sabes hacia dónde sopla el viento? Me resulta interesante observar los pronósticos meteorológicos. En los últimos 6 o 7 años los pronósticos han empeorado notablemente. Con todos los satélites, computadoras, mediciones históricas e internet disponibles hoy en día - no sabemos hacia dónde soplará el viento. No sabemos la fuerza ni el rumbo de un huracán. Tenemos una idea – pero simplemente no lo sabemos. Y – obviamente – nunca lo sabremos. El viento es dominio de DIOS – no nuestro.

Lo mismo ocurre con la formación de un bebé humano en la matriz de la madre. En el momento en que un espermatozoide penetra el óvulo materno – la estructura molecular de la membrana del óvulo fecundado cambia. Ningún otro espermatozoide puede penetrar el óvulo. En el momento en que el espermatozoide deposita el 50% de sus genes en el óvulo – estos se "mezclan" con el 50% de los genes presentes en el óvulo materno para formar un ser humano completo. Esta "mezcla" de genes ocurre inmediatamente después de que el espermatozoide penetra el óvulo materno. El óvulo fecundado tiene un ADN completamente nuevo y distintivo. El "nuevo" ADN contiene TODA la información para crear un ser humano completamente nuevo. En el momento en que se forma el "nuevo" ADN – DIOS pone SU imagen en el nuevo ser humano. El nuevo ADN se desarrollará en un nuevo ser humano hecho a imagen de DIOS. "Entendemos" la estructura química del ADN. "Sabemos" que el ADN está compuesto de proteínas que generan otras proteínas que son la causa de la existencia física de la "nueva persona". No entendemos “cómo” las células “saben” formar el cerebro, los huesos, el hígado, el estómago…  No entendemos “cómo” estas células “saben” conectar un órgano con otro. No entendemos “cómo” las células nerviosas “saben” interconectarse de forma “tan” compleja. “Somos” milagros andantes. Increíblemente sensibles a nuestro entorno exterior. Increíblemente vulnerables a nuestro equilibrio químico interno. La compleja sensibilidad de nuestros cuerpos es el reino de DIOS.  ÉL SABE “para qué” nos creó.

Y “para qué” ÉL nos creó es el tema fundamental e incontestable para nosotros. Entendemos que nos creó para glorificarLO. Pero no LO entendemos a ÉL ni a SUS caminos (Proverbios 3:5-6). “No conocemos la obra de Dios que hace todas las cosas” (Ec. 11:5 - versículo de hoy). ÉL crea a los seres humanos para SUS propósitos. ÉL ES DIOS. Y ÉL soberanamente elige hacer con SU creación lo que ÉL quiere. En nuestro orgullo pecaminoso - creemos sincera, solemne, egoísta y muy confusamente que DIOS nos debe una explicación por cada circunstancia o detalle de nuestras vidas. ÉL no le debe ninguna explicación a ningún ser humano. Nunca. Somos criaturas (seres creados). ÉL ES DIOS. Y nunca entenderemos SUS caminos. Incluso en el cielo, después de 1,000,000 de años, no entenderemos al DIOS eterno de QUIEN aprendemos. ÉL puede y “hará” con SU creación lo que ÉL elija “hacer”. Y seríamos sabios en “entender” esta realidad. 

Mis queridos hermanos y hermanas en CRISTO, tengo una pregunta. Basándonos en el versículo bíblico que analizamos hoy: ¿cuántas quejas o desacuerdos tienes con DIOS ahora mismo? ¿Cuántos problemas tienes en tu vida que no te gustan? ¿Cuántos desacuerdos tienes con DIOS hoy? Si tus problemas son resultado de pecados intencionales que cometiste, debes aceptar humildemente SU castigo. Cualquier otra situación, circunstancia o problema que tengas en tu vida – DIOS SABE. ÉL SABE. Y no necesita que LE recuerden constantemente en qué no estás de acuerdo con ÉL. ÉL SABE. Y debemos amarLO por las cargas que nos impone. ÉL siempre está enseñando. Simplemente necesitamos aprender “cómo” a aprender. Por esta razón, la Biblia nos instruye a ser humildes, enseñables y moldeables. En nuestro “sufrimiento” (que desde la perspectiva de DIOS – muchas veces NO es sufrimiento) aprendemos a ser pacientes y a confiar en ÉL – no en nosotros mismos. Permíteme animarte a confiar más en ÉL hoy. Confiar en ÉL significa que rara vez - o nunca - estarás en desacuerdo con las circunstancias o los problemas de tu vida.  Nuestro DIOS DISFRUTA cuando confiamos en ÉL - especialmente cuando no tiene sentido - cuando duele - segun nuestro criterio "engañoso".  
Como no sabes cuál es el camino del viento, 
O cómo se forman los huesos en el vientre de la mujer encinta, Tampoco conoces la obra de Dios que hace todas las cosas.

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