Santiago 1:12
Bienaventurado
el hombre que persevera bajo la prueba,
porque una vez que ha sido
aprobado,
recibirá la corona de la vida
que el Señor ha
prometido a los que lo aman.
Es interesante
que los cristianos quieran evitar el sufrimiento o huir de él. La Biblia es
clara – el sufrimiento es parte inevitable de la vida en este mundo caído.
Santiago lo expresa de diversas maneras en el primer capítulo de su carta. No
hay duda – tú y yo sufriremos. Si cuando sufrimos clamamos y buscamos alivio y
ayuda inmediata, el Señor podría permitirnos escapar. Pero – debemos saber que
si solo aprendemos del sufrimiento a evitarlo – sufriremos más. Cuando
sufrimos, Dios obra moldeándonos a Su imagen. Cuando sufrimos, debemos buscarLO
a Él y Su sabiduría. Él sabe cuándo terminará el sufrimiento. Él conoce el
propósito de nuestro sufrimiento hoy.
Cuando aprendemos
a dejar de intentar escapar o evitar el sufrimiento, nos volvemos más humildes.
Somos más pacientes. Y empezamos a creer que Dios es mucho más grande que
nuestras circunstancias. Necesitamos aprender a perseverar. Y cuando hayamos
aprendido “como a aprender” – cuando nuestra actitud hacia Dios y la vida se
haya ajustado – seremos aprobados.
El resultado de
vivir esta vida en dependencia de Él es que recibiremos la corona de la vida.
No es racional que Dios nos ofrezca coronas después de todo que Él ha hecho por
nosotros. Esto demuestra la profundidad de Su amor por Sus elegidos. Él quiere
recompensar a quienes Lo siguen a través del sufrimiento y la pérdida.
El versículo
termina con la pregunta "¿por qué" debemos (y podemos) seguirLo en el
sufrimiento? Porque Él prometió coronas a quienes Lo aman. Entonces – la
siguiente pregunta es – "¿Amo a Jesucristo?". Es difícil responder a
esta pregunta si no se conoce la palabra de Dios. A medida que "crecemos
en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador" (2 Pedro 3:18)
– nuestro amor por Él se profundiza. Inevitablemente. Porque crecer en
conocimiento resulta en una comprensión más profunda de Su gracia. Jesucristo
nos amó en la cruz – no por quiénes éramos, somos o seremos. Nos amó a pesar de
nuestros defectos. Nos amó eternamente. Y somos Suyos. Para siempre.
Bienaventurado el hombre que persevera bajo la prueba,
porque una vez que ha sido aprobado,
recibirá la corona de la vida
que el Señor ha prometido a los que lo aman.
Favor de escribir tus comentarios aqui. Gracias.
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