Salmo
34:8
Prueben y vean que
el Señor es
bueno.
¡Cuán bienaventurado es el hombre
que en Él se refugia!
¿Cómo va tu vida?
La mayoría de nosotros estamos luchando… Caos moral, desorientación espiritual,
abrumadora cantidad de información disponible… ¿qué podemos hacer? Cada uno de
nosotros utiliza diferentes "fuentes" de información para definir nuestras
circunstancias y el estado actual del mundo. Y los diferentes recursos que
utilizamos afectan nuestra capacidad de comprendernos y comunicarnos con
claridad. La distancia emocional y espiritual entre nosotros puede crecer
fácilmente si no estamos "conscientes" de lo que sucede. Nuestro
Señor soberano sabía que la vida iba a entrar en esta fase caótica, malinformado
(desinformación) y de verdad “relativa” en la que ahora vivimos. Y ÉL nos
ofrece SU consuelo y consejo eternos – SU refugio.
Leemos las
palabras del Salmo 34:8 – pero la mayoría NO las creemos. Nuestros problemas,
estrés y necesidades requieren “nuestro esfuerzo” para resolverlos – según
nuestra perspectiva. Así que – al leer el Salmo 34:8 – damos gracias a Dios por
ofrecernos refugio y salimos corriendo a resolver todos los problemas de
nuestra vida – por nuestra cuenta. Oramos por los enfermos –pero no confiamos
en DIOS. Oramos para que nos dé más dinero para pagar las cuentas y – si todo
va bien – comprar más cosas. Salimos “corriendo” y vivimos la vida como si no
hubiera Dios – y mucho menos un Señor soberano que SABE TODO.
Si tan solo nos detuviéramos
a pensar. Antes de salir (o encender la computadora, o lo que sea
que uses para empezar el día). ¡Detente! Recuerda. ¡Nuestro Señor es realmente BUENO!
ÉL SABE todo. Cada circunstancia de tu vida – el familiar enfermo, el niño que
necesita amor y atención, las cuentas por pagar, el auto que necesita
reparación, los campos que necesitan atención, el negocio que no va bien, ¡ÉL
SABE! ¡Y ÉL es bueno! Cada detalle de tu vida – cada bendición, cada problema,
sí – incluso el pecado que ÉL reprende y castiga – ÉL SABE. Y ÉL espera
pacientemente a que busquemos “refugio” EN ÉL.
Cuando nos
refugiamos en ÉL – aprendemos a estar quieto (interiormente). Aprendemos a
hacer las cosas obvias (externamente) que tenemos que hacer. Empezamos la
mañana leyendo la Biblia. “Vayamos” al trabajo. Recordamos que cada
persona, cada circunstancia, cada momento que ocurre hoy es parte de SU
plan. Y – mientras que “hacemos” estas cosas – LO buscamos. LE
pedimos a Jesucristo que nos ayude a “hacer” cada detalle hoy con sabiduría.
Entendemos que esta vida es demasiado compleja y grande para que la manejemos
con nuestras propias fuerzas. Nos rendimos (entregamos) a ÉL. Y buscamos SU
guía, SU sabiduría, SU protección. En las palabras que decimos. En las acciones
que tomamos. Buscamos SU refugio.
Porque esta vida
es confusa y cada vez más confusa – no intentamos mantener la claridad por
nuestro propio esfuerzo. Simplemente, con humildad, deseamos SU presencia. En
lo que hacemos y decimos – hoy. Y nuestro maravilloso, misericordioso y amoroso
SEÑOR siempre aparece. ÉL está ahí – a la puerta de nuestros corazones –
esperando compartir esta vida difícil, confusa y estresante con nosotros. ÉL
está listo para “llevar la carga” (Mt. 11:28-30) por nosotros – SI tan solo LE
pedimos ayuda. SI tan solo nos rendimos a SU fuerza, SU sabiduría y SU
autoridad en nuestros corazones. ¡Cuán bienaventurado es quien encuentra
refugio en ÉL a cada momento!
Prueben y vean que
el Señor es bueno.
¡Cuán bienaventurado es el hombre
que en Él se refugia!
Favor de escribir tus comentarios aquí. Gracias.
ReplyDelete