1 Juan 4:9
En
esto se
manifestó
el amor de Dios
en nosotros:
en que Dios ha enviado a Su Hijo
unigénito al mundo para que vivamos
por medio de Él.
El apóstol Juan
tuvo la bendición de tener una relación cercana con nuestro SEÑOR. Juan regresó
a la cruz después de que los otros once discípulos se escondieran al ver a
Jesús apresado por los soldados romanos (Mt. 26:56; Lc. 22:54-62; Jn. 19:26).
Juan comprendió que JESUCRISTO lo amaba. Como resultado del amor que nuestro SEÑOR
tuvo por Juan, Juan quiso responder con el mismo. Y nuestro SEÑOR quiere que SEAMOS
iguales. (Esto es el anhelo constante
del ESPÍRITU SANTO en nuestro santificación – que amamos a DIOS y a otros mientras
que morimos a nosotros mismos.)
El pasaje
(perícopa) en el que estamos “pensando” hoy es 1 Juan 4:7-21. Incluye el
versículo a menudo mal citado y abusado de la iglesia “cristiana” egocéntrica
de hoy – “Dios es amor” (v.8). Si bien la palabra de Dios hace esta afirmación,
no debe entenderse como “Dios existe para mí”. El cuerpo egoísta y confundido
de Cristo de hoy a menudo piensa y cree que nuestro Señor existe para sus “necesidades”
(mal definidos) y comodidad. Las peticiones de oración en las reuniones de la
iglesia están llenas de problemas personales. Si bien estas peticiones tienen
un lugar, el objetivo de Dios al salvarnos no es recordarLE los detalles que ÉL
ya sabe. ÉL es más grande que eso. ÉL nos salvó para SU gloria y SUS
propósitos. ÉL quiere que SUS hijos (nosotros) pensemos en lo externo – en los
demás – no en nosotros mismos.
Necesitamos “repensar”
QUIÉNES somos y QUÉ significa realmente el amor de DIOS. El amor no busca lo
suyo. El amor busca ayudar, apoyar, animar y cuidar a quienes nos rodean. El
amor se centra en el otro. El
amor prioriza la importancia de los demás. Si llegáramos a nuestro cuerpo de
Cristo vestidos de SU amor, nuestras peticiones de oración cambiarían. Nuestro
ministerio hacia los demás se desarrollaría. Nos convertiríamos más en parte de
SU propósito. Y simplemente confiaríamos en DIOS con lo que “considerábamos”
importante para nosotros mismos mientras que nos centramos en SU amor por los
demás “a través” (por medio) de nosotros.
Y este tema nos
lleva precisamente al punto de 1 Juan 4:9. “Entendemos” (como Juan, el
discípulo amado) que DIOS envió una parte de SÍ Mismo, la segunda Persona de la
Trinidad, el HIJO, a morir en nuestro lugar. ÉL tomó nuestros pecados para que
pudiéramos vivir eternamente con ÉL. Y DIOS hizo esto porque nos amó. ÉL pensó
en nosotros. Como resultado de nuestra comprensión de este profundo y eterno
amor que DIOS demostró por nosotros en la cruz, debemos manifestar
(demostrar) este amor a los demás. Somos instruidos a considerar a los demás
como "más importantes que nosotros mismos" (Fil. 2:3). Esta actitud,
cuando se cree y se vive, resulta en amor "ágape" en acción. DIOS nos
ha amado de una manera que aún no entendemos. ÉL nos ha dado la eternidad con ÉL.
(No sé qué significa eso – pero lo creo). Ya que DIOS nos ha amado tanto, ÉL
quiere que vivamos para los demás – NO para nosotros mismos.
El amor nos lleva
a priorizar a los demás antes que a nosotros mismos. Esto es lo QUÉ hace el
amor. El amor beneficia a los demás.
Cuando HACEMOS esto, VIVAMOS por medio (a través) de JESUCRISTO. Nuestra carne
no quiere que “vivamos”. Quiere que seamos egocéntricos. Cuando amamos a los
demás, cobramos “verdadera vida”. Es verdaderamente “más
bienaventurado dar que recibir” (Hechos 20:35). Nuestro problema es que
no vivimos esta verdad con la suficiente frecuencia como para darnos cuenta de
lo profunda y constante que es.
Cuando vivimos “a
través” (por medio) de ÉL, ¡cobramos vida! Vivimos a través
(por medio) de ÉL. El énfasis en esta parte del
versículo está en las palabras “vivir” y “a través”. Cobramos VIDA al permitir
que ÉL (Jesucristo) nos guíe a amar a los demás. Porque ÉL ES amor. Y SU amor
no es egocéntrico. SU amor se centra en los demás. Y aprendemos a amar a los
demás más que a nosotros mismos. Y cobramos VIDA a través de
ÉL al manifestar / demostrar (vivir) SU amor por los demás.
En esto se
manifestó
el amor de Dios
en nosotros:
en que Dios ha enviado a Su Hijo unigénito al mundo para que vivamos
por medio de Él.
Favor de escribir tus comentarios aquí. Gracias.
ReplyDelete