Sunday, October 26, 2025

Esperanza - En Los Dos Sentidos (Wait and Hope)

Salmos 31:24 
Esfuércense, 
y aliéntese su corazón, 
Todos ustedes que esperan en el Señor.

¿Cómo estás? Esta es una pregunta común – en cualquier cultura – en cualquier idioma. Es una BUENA manera de saludar a alguien – especialmente a un hermano o hermana en Cristo. ¡Una BUENA pregunta! La respuesta (si hemos nacido de nuevo en Cristo) merece una reflexión más profunda de nuestra parte antes de que nos la pregunten. Nuestro SEÑOR quiere que decimos la verdad en amor. Nuestra honestidad y sinceridad deben ser evidentes para todos – especialmente para los miembros del Cuerpo de CRISTO. Así que – pregunto – ¿cómo estás?

Aquí es donde nuestro hermano eterno – y futuro cogobernante de Israel – el rey David – puede motivarnos. David estaba lejos de ser perfecto. Era un pecador perdonado. Si hemos obedecido y estudiado la palabra de DIOS – conocemos los detalles de sus defectos. Era un pecador perdonado. En el ejemplo que vivió hace 3000 años – encontramos esperanza. Hallamos fuerza para seguir adelante. Porque nuestro SEÑOR es el mismo SEÑOR – JESUCRISTO. David aún no lo “sabía”. JESUCRISTO no había nacido. No había muerto en la cruz. PERO – ÉL ES el mismo SEÑOR – ayer, hoy y para siempre. Y ÉL ES fiel.

El título del Salmo 31 merece reflexión. “Salmo de Queja y Alabanza”. ¿No somos así? Personas que se quejan y aun así alaban a nuestro SEÑOR. La sinceridad de David se manifiesta plenamente en este salmo. David pagó un alto precio físico y espiritual por los pecados que cometió. David sufrió en esta vida de pecado. Y tú y yo también sufrimos. Hemos cometido errores. Hemos sufrido por los pecados que cometimos. Nuestros pecados son eternamente perdonados. Nos espera la eternidad con JESUCRISTO. Sin embargo, los pecados que cometemos en esta vida tienen consecuencias.

Y nos quejamos. No disfrutamos de las circunstancias negativas que causamos y enfrentamos sin culpa nuestra. No encontramos placer en los problemas que tenemos (sean o no culpa nuestra). A la gente buena le pasan cosas malas. Constantemente. Vivimos en una vida caída. Un mundo maldito.  Parte de la caída y la maldición es nuestra culpa - parte no... 

Nuestros hermanos y hermanas en Cristo "eligen" no escuchar. Su vida espiritual se vuelve más confusa. Los vemos sufrir a ellos y a sus familias. Y nos duele por ellos. Vemos a los jóvenes y niños volverse más desorientados, más egocéntricos debido a la cultura mundial en la que vivimos. Y sufrimos por ellos. Y nos quejamos a DIOS. LE preguntamos por qué permite tanta confusión en nuestras vidas y en SU Cuerpo. Nos quejamos.

Pero entonces – al igual que el Rey David en el Salmo 31 – el ESPÍRITU SANTO nos recuerda a QUIÉN servimos – DIOS. Y recordamos “ser fuertes EN ÉL”. Recordamos que ÉL ES fiel. Dejamos de quejarnos y nos volvemos agradecidos. Agradecidos por la oportunidad de ser animados – a pesar de nuestra confusión. Agradecidos por tener esperanza – a pesar de nuestros pecados. Agradecidos por la paciencia de nuestro SEÑOR con nosotros a diario. Y recordamos desde la profundidad de la gracia que JESUCRISTO derrama sobre nosotros que también podemos animar a nuestros hermanos y hermanas confundidos. Recordamos cuánto ha hecho nuestro SEÑOR por nosotros y nos “fortalecemos” para animar a otros. Nos volvemos “fuertes” EN ÉL. Y servimos a los demás. Voluntariamente. Sinceramente. Porque eso lo que el amor es y hace. El amor anima. El amor aguanta. El amor llena el corazón y el alma de un cristiano y quiere HACER algo por el dolor y la pérdida que otros sufren. Entonces – somos FUERTES EN SU amor. 

Y nuestros corazones se animan. Aunque pasemos momentos quejándonos con nuestro SEÑOR – “recordamos” QUIÉN ES ÉL. Y CUÁNTO ÉL hizo por nosotros. Y en SU ​​sangre derramada – en SU sacrificio eterno – nos volvemos valientes. Nos animamos a “tomar nuestra cruz y seguirLO”.

Y ÉL nos da esperanza. ESPERANZA eterna. Aprendemos a "esperar". El tiempo pasa y seguimos sirviendo con pasión. Porque CONOCEMOS la esperanza eterna. Así que tomamos la palabra "esperanza" en ambos sentidos. Esperamos (vemos pasar el tiempo) como esperamos (anhelamos cosas mejores) EN JESUCRISTO. ÉL ofrece ambos tipos de ESPERANZA. Y SABEMOS que podemos SER FUERTES hasta que ÉL nos saque de esta vida. SABEMOS que podemos seguir HACIENDO BUENAS OBRAS – porque nuestro SEÑOR es eternamente BUENO. Sabemos que no nos cansaremos. ¿Quejarse? Tal vez. Probablemente. ¿Cansarse? Ocasionalmente. Pero nunca permanentemente. Porque ESPERAMOS en nuestro SEÑOR y nos fortalecemos con la esperanza que nos da JESUCRISTO. Al igual que el rey David, hace 3000 años.
Esfuércense, 
y aliéntese su corazón, 
Todos ustedes que esperan en el Señor.

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