Hebreos 12:3
Consideren, pues,
a Aquel
que soportó tal hostilidad de los pecadores
contra Él mismo,
para que no se cansen ni se desanimen en su
corazón.
Estamos literalmente y
figurativamente inundados de “pecado” en el mundo de hoy. Dios ha puesto a la
humanidad bajo su juicio. Romanos 1 explica en detalle el avance progresivo del
dominio del pecado sobre la humanidad hasta que Dios finalmente “los entrega a
una mente depravada”. (Rom. 1:18-32) Estamos en la porción final y miserable
del juicio de Dios contra la pecaminosidad humana. La gente comete atrocidades
unos contra otros. Ya no respetan el increíble regalo de la vida y de ser
hechos a Su imagen. El honor, la dignidad y el respeto han sido reemplazados
por el egoísmo, la codicia y la degradación.
Y nosotros, los elegidos de Dios, todavía estamos aquí en medio de una
generación terrible. Niñas jóvenes (de12 años) que declaran abiertamente a sus amigos y conocidos que “quieren ser lesbianas y no les importa
sufrir en el infierno”. Pecado descarado. De boca de una joven que no empieza a
comprender el fondo de su confusión ni las terribles consecuencias de sus
palabras. No llegó sola a esa conclusión. Tiene el apoyo de adultos y
compañeros que viven y disfrutan de una cultura de “pecado”. Aquí es donde
estamos hoy.
Y se nos dice que nos negamos a nosotros mismos. No te dejes afectar por la codicia, el egoísmo y la
depravación que nos rodean y nos ahogan. Es mucho más fácil decirlo que
hacerlo. La codicia es contagiosa. Si “sientes” o “percibes” que eres el
“único” que da – te sientes tonto – o “se aprovechan de ti”. Y dejas de ser
generoso, amable, compasivo, empático. Es difícil amar a alguien en medio de la
codicia total. Es difícil sentir empatía cuando no te sientes atendido.
Aquí es donde el autor de Hebreos tiene un mensaje claro e importante
para nosotros hoy. Consideren Aquel (Jesucristo), quien soportó la abrumadora hostilidad de los pecadores
(que lo crucificaron) así como la falta de amor de cualquiera de nosotros. Él
murió por nosotros mientras éramos sus enemigos. Y fue a la cruz en silencio,
como un Cordero.
Él nos pide que hagamos lo mismo. Nos pide que amemos a los niños
confundidos, a los padres egoístas, a los vecinos abusivos, a los amigos
exigentes y a los cristianos que quieren pasar años en la iglesia como niños
espirituales. Debemos seguir adelante soportando dolor, malestar, abuso,
abandono y desgracia porque Él soportó más y peor. Considere Aquel. Y no te cansas. Estos tiempos increíblemente egocéntricos, egoístas, codiciosos y
duros son parte de Su plan. Él sabe lo que hace y lo que pide a quienes desean
caminar con Él. Y caminar con Jesucristo no es fácil. Es el camino más
desafiante y difícil que uno podría elegir en la vida actual. Por eso pocos lo
eligen. Pero los resultados, que todavía no podemos ver – caminamos por fe –
los resultados de negarnos a nosotros mismos en este mundo caído y glorificarLo a Él – valen más que el costo. "Es más bienaventurado dar que
recibir". Confía en Jesucristo. Y considere Aquel hoy.
Favor de escribir tus comentarios aquí. Gracias.
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