Friday, April 12, 2024

El Amor - Verbos en Acción

1 Corintios 13:4
El amor es paciente, 
es bondadoso. 
El amor no tiene envidia; 
el amor no es jactancioso, no es arrogante. 

Para entender este versículo, necesitamos definir los términos. El amor “ágape” es un amor que sólo considera el bienestar de quien lo recibe. La cruz de Jesucristo es el ejemplo más profundo e importante de amor “ágape”. Jesucristo solo pensó en aquellos a quienes salvaría cuando sufrió una muerte terrible en la cruz. Él, como Dios, no tenía nada que “ganar” para Sí Mismo. Él fue, es y siempre será Dios. Sufrió sólo por nuestro beneficio. Él nos “amó” (ágape).

Cuando consideramos cuánto soportó y dio para nuestra salvación eterna, debemos sentirnos profundamente conmovidos a “amar” (ágape) a los demás. Su amor por nosotros es eternamente fuerte. Nada puede separarnos de Él. Con la certeza de este conocimiento, Él anhela que “amamos” (ágape) a los demás. Hay numerosas referencias en el Nuevo Testamento sobre la importancia de “amar” (ágape) a los hermanos y hermanas de nuestra iglesia.

Es importante darse cuenta de que los “adjetivos” en el versículo 4 son en realidad “verbos” en griego. Por ejemplo, “el amor es paciente” se traduce mejor: “el amor espera pacientemente”. El amor no interviene abruptamente. Anhela lo "mejor" del destinatario. Lo “mejor” no es nada material. Cuando realmente amamos (ágape) a los demás, no se nos pasa por la cabeza comprarles cosas. Nuestros cónyuges y nuestros hijos no necesitan "cosas". Quieren ser “amados” (ágape). Anhelan saber que no están separados ni solos debido a las terribles consecuencias del pecado. Anhelan pertenecer, saber que son importantes, ser “amados”. Y “el amor espera pacientemente”. No es brusco en su comportamiento. Espera demostrar su deseo de ser comprendido y sentido.

El amor (agape)hace” bondad. El amor “hace” cosas buenas para quienes lo reciben. Siempre está buscando formas de “hacer” pequeñas cosas que muestren respeto y consideración por su destinatario. "Hace bondad".

El amor (ágape) no “envidia”. El amor coloca el bienestar de quien lo recibe por encima de la persona que “realiza” el amor. No puede envidiar porque quiere más para el receptor de lo que quiere para sí mismo. Cuando aquellos a quienes "amamos" sean recompensados ​​(aquí o en el cielo), nos alegraremos por ellos. El amor no busca recibir. Sólo quiere dar. Por tanto, no puede envidiar a nada ni a nadie.

El amor (ágape) no se jacta. Cuando uno sólo quiere lo mejor para los demás, no hay nada de qué jactarse. El amor se pierde en el Dios vivo. Ya no considera su propio bienestar. Sólo quiere amar a los demás. De la misma manera como hemos sido amados por Jesucristo.

Siendo Dios, Él dio Su vida para que podamos vivir. Vivir nuestras vidas para Él por Él. Hoy. Amemos como somos amados.

1 comment:

Hacedores de SU Palabra

Santiago 1:22  Sean hacedores de la palabra  y no solamente oidores que se engañan a sí mismos. Santiago, el medio hermano de nuestro SEÑOR ...