3 Juan 8
Por lo tanto,
nosotros debemos sostener a los tales
para que seamos
colaboradores en la verdad.
En esta tercera carta de
Juan, el “discípulo amado”, vemos su sincero deseo de animar a Gayo. Juan se alegra al escuchar la demostración de
“su verdad” por parte de Gayo. ¿Y cuál
fue el resultado de que Gayo caminara “en la verdad”? Gayo se entregó a sí mismo. Dio su tiempo y recursos para animar a un
grupo de “extranjeros”. El grupo eran
misioneros que llegaron donde vivía Gayo.
Y Gayo los apoyó.
Abiertamente. Atentamente.
¿Y cuál fue el resultado de la contribución de Gayo a los “extraños” (misioneros)? Se convirtió en un “colaborador”. Su
contribución a bienestar de ellos le permitió convertirse en parte de su ministerio. Gayo alentó y promovió el amor que compartían
con los demás, dondequiera que fueran.
Y deberíamos disfrutar la oportunidad de hacer lo mismo. En Houston, Texas y Nanacatlán, Puebla y
Tlaxcala, Tlaxcala y dondequiera que vivamos.
Debemos ser “generosos” con el cuerpo de Cristo. Es importante que la iglesia participe en la
evangelización – a nivel local e internacional.
No es la voluntad de Dios que nos endeudemos y luego digamos: “Mira, no
puedo hacer más porque tengo que pagar esto y aquello”. Esta es exactamente la razón por la que la
Biblia nos instruye a “no deber nada a nadie”. (Ro. 13:8) Elegimos nuestra
gratificación inmediata y egocéntrica y luego justificamos nuestra incapacidad
para dar. Este no es un estilo de vida
sabio.
Nuestro Señor quiere que participemos en Su reino – con nuestras
energías y nuestros recursos (espirituales, financieros, emocionales). Cuando comprometemos nuestros recursos para
“obtener” polvo en esta vida y firmamos documentos que nos colocan en “deuda”,
no podemos participar libremente en Sus planes.
Colocamos nuestro futuro en “cadenas”.
¿Qué tiene más valor? -
¿Un auto y un teléfono celular O participar en Su reino ayudando al
cuerpo de Cristo a tener un lugar para reunirse?
¿Comprar “cosas” nuevas O enviar dinero para ayudar a
evangelizar/discipular lugares que no tienen los recursos que necesitan?
Y cuando “ayudamos” a promover el reino de Jesucristo, cumplimos lo que
Él quiere. Cuando enviamos dinero o
“gastamos” nuestras energías (espirituales, emocionales, físicas) para promover
Su gloria, Él es honrado. Y Él se dará cuenta de nuestros esfuerzos en Su
tiempo. Aquí no.
Ahora no. Nos convertimos en “colaboradores” cuando pagamos por el bienestar de la iglesia
o compartimos la carga de ayudar a los perdidos.
Es sabio entender que nuestro Señor nos proporciona prioridades para
vivir en esta vida caída. Estas
prioridades están claramente definidas en varios pasajes de Su palabra. Sus prioridades no son las nuestras. Necesitamos “pensar” claramente acerca de
“dónde” “gastamos” nuestras
vidas. Es sabio “gastar” nuestras vidas como “colaboradores” en el reino de Jesucristo – con nuestras
oraciones, nuestro dinero y nuestra energía (física y emocional).
Favor de escribir tus comentarios aquí. Gracias.
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