Friday, August 30, 2024

Nuestra Familia Nueva

Efesios 2:19
Así pues, 
ustedes ya no son extraños ni extranjeros, 
sino que son conciudadanos de los santos 
y son de la familia de Dios.

Para siempre.  
¿Qué significa estas palabras para ti?  Tu comprensión de las palabras “para siempre” influyen en tu comprensión del versículo de hoy.  Para todos aquellos que han “nacido de nuevo” – su “nuevo” para siempre ha comenzado.  Comenzó – bajo la eterna y atenta “mirada” de nuestro Señor – el día en que fuiste “salvado” del infierno eterno y del lago de fuego que merecías.  No hiciste nada para recibir un “para siempre” eterno con Él.  Lo concedió porque quería demostrar Su amor a aquellos que eligió.  Y somos un grupo muy extraño de personas que Él ha elegido.  La mayoría de nosotros venimos de alguna forma de pobreza emocional, física o intelectual.  Ninguno de nosotros tiene nada que ofrecer a nuestro Creador más que nuestros pecados y nuestra naturaleza pecaminosa.  Esas son las únicas cosas “nuevas” que le traemos a nuestro Creador.  Esas cosas terribles – nuestras equivocaciones y egoísmo – pertenecen total y completamente a cada uno de nosotros y a nadie más.  ¿Y qué hizo nuestro Padre eterno con ellos?  Los puso todos sobre su Hijo y Lo castigó como si fuera nosotros.  A esto se le llama muerte “sustitutiva”.  Jesucristo fue castigado y murió en nuestro lugar para que nosotros no tuviéramos que hacerlo.

¿Y qué hizo el Padre después de castigar a Su Hijo en nuestro lugar?  Envió al Espíritu Santo para “aplicar” este perdón dentro de nosotros.  El Espíritu Santo nos hace “nacer de nuevo” por dentro.  Somos completamente “nuevos” por dentro.  No podemos “ver” el cambio eterno.  Y aquí es donde nuestra “carne” incesantemente egoísta comienza a confundirnos.  Porque no podemos “percibir” los cambios eternos “en” nosotros – no creemos en el cambio tanto como deberíamos.  Vivimos bajo la sombra constante de la “duda”.  No “caminamos por fe”.  Caminamos por la vista.  Exactamente lo que la Biblia nos dice que NO hagamos.

Nuestro Padre eterno tiene un plan.  Un plan eternamente perfecto y maravilloso para Sus hijos adoptivos.  Por Su muerte en la cruz, nuestro Señor y Salvador, nos reconcilió con Su Padre.  Nuestra relación eterna con Dios (la Trinidad – Padre, Hijo y Espíritu Santo) ha sido restaurada.  Ya no estamos “muertos” en nuestras transgresiones y pecados.  LA MAYORÍA, casi TODAS, las personas que conoces hoy son “muertos caminando”.  Son extraños y ajenos al vivo y santo Señor de todos.  Y serán castigados por los pecados y errores que cometieron.  Están sin esperanza.  Su fin – su para siempre – es terrible.  La eternidad en un lugar de angustia y sufrimiento porque nuestro Dios es un Dios santo que exige perfección para tener una relación con Él.  Y hemos sido hechos “perfectos”.  No podemos “verlo”.  Pero somos – PERFECTOS.  Aún no.  Ya viene.

Y PERTENECEMOS a SU familia.  Ya no somos mexicanos, hondureños, salvadoreños, americanos, lo que sea… Insistimos tonta y ciegamente en que pertenecemos a culturas de este “mundo”.  Deberíamos “disfrutar” la libertad de ser Suyos y de nadie más.  Pero no creemos que esto sea cierto.  Insistimos en que mi padre, mi madre, mi hermano, mi hermana, mi amigo, mi socio, cualquiera que conozcamos de cerca, insistimos en que su opinión es más importante que Suyo.  Y sufrimos por ello.  A medida que aprendemos a creer en Dios más que en nuestros corazones confundidos, aprendemos que ÉL ES hesed.  ÉL ES amor fiel.  Y SOMOS un pueblo nuevo.  Podemos vivir una NUEVA cultura donde el amor dicta.  Podemos dar a nuestros hermanos y hermanas en Cristo sin esperar recibir nada a cambio.  Porque ÉL nos ha dado “para siempre” con ÉL.  Y no hicimos nada para merecerlo.  Ni siquiera sabíamos que lo necesitábamos hasta que Él nos hizo “nacer de nuevo”.

Y ahora que somos diferentes por dentro – seres nuevos – poco a poco comenzamos a comprender que las “cosas de este mundo” no tienen sentido.  Vacío.  Porque todos están hechos de polvo.  Y crecemos en nuestra fe y comprensión de que pertenecemos a nuestro Señor.  Tenemos una familia totalmente nueva.  Y nos distanciamos de aquellos en nuestras familias “terrenales” a medida que aprendemos a amar a nuestra nueva familia.  La distancia no es intencional.  Pero es inevitable.  Porque nuestra “vieja” familia (en la que “nacimos” y que no pedimos) no entenderá el cambio que Él ha hecho en nosotros.  Y a medida que nos volvamos más como Él – más santos – rechazarán nuestra presencia.  Y aprendemos a disfrutar el compañerismo que nos brinda el Espíritu Santo cuando estamos en Su cuerpo.  QUEREMOS estar en la iglesia.  NO es un requisito.  Es un lugar en el que “deseamos” SER porque las relaciones allí son mucho más significativas y reales.  Son relacionespara siempre”.  Y disfrutamos sabiendo que las conversaciones que tenemos “aquí” con nuestros hermanos eternos en este mundo caído continuarán allí para siempre.  Porque pertenecemos – por Su gracia eterna – a la familia de Dios.  Y sonreímos por dentro al pensar en todas las cosas maravillosas que nos esperan.
Así pues, 
ustedes ya no son extraños ni extranjeros, 
sino que son conciudadanos de los santos 
y son de la familia de Dios.

3 comments:

  1. Favor de escribir tus comentarios aquí. Gracias.

    ReplyDelete
  2. Que bendición pertenecer a la familia de Dios! Pensar que estas relaciones podremos disfrutarlas para siempre, traen gozo a nuestro corazón. Gracias a Dios por su misericordia, por habernos salvado.

    ReplyDelete
  3. Amén. Hay que recordarlo cuando estamos unidos en Su cuerpo. Vamos a conversar con nuestros hermanos y hermanas que vemos en domingo eternamente. Hay que apreciarlo y disfrutarlo.

    ReplyDelete

AMADOS Somos - Por SU Gracia Eterna

1 Juan 4:7  Amados,  amémonos unos a otros,  porque el amor es de Dios,  y todo el que ama es nacido de Dios  y conoce a Dios. Amados – ¡qué...