Wednesday, September 11, 2024

Bienaventurados SOMOS


Mateo 5:4
Bienaventurados los que lloran
pues ellos serán consolados.

Paradoja – una afirmación o proposición aparentemente absurda o contradictoria que, cuando se investiga o explica, puede resultar bien fundada o verdadera. Los antiguos griegos eran muy conscientes de que una paradoja puede llevarnos fuera de nuestra forma habitual de pensar. Combinaron el prefijo para- ("más allá" o "fuera de") con el verbo dokein ("pensar"), formando paradoxos, un adjetivo que significa "contrario a las expectativas". Los hablantes de latín (romanos) usaron esa palabra como base para un sustantivo paradoxum, que los angloparlantes (hablan ingés) tomaron prestado durante el siglo XVI para crear paradoja.

En Su Sermón del Monte (Mateo 5), Jesucristo explicó y exploró muchos conceptos diferentes que son – para nuestro razonamiento humano – paradójicos.  Su “verdad” contradice nuestro “entendimiento”.  Y Él continúa invitándonos HOY a confiar en Él y no en nuestra “razón”.  Constantemente exigimos que nuestras vidas tengan “sentido” y “corramos” a trabajar, ganar dinero y “hacer” toda nuestra vida sin ponerlo a Él primero en todo.  Y sufrimos por ello.  Vivimos vidas solitarias, inseguras y asustadas en constante miseria porque nos negamos a creerLe.

Mire el versículo 4: Bienaventurados los que lloran, pues ellos serán consolados.  Hay muchas familias en la costa de Luisiana que se encuentran “incómodas” esta mañana.  Un pequeño huracán se dirige hacia allí.  Está lloviendo ahora mismo.  Quizás la calle frente a su casa esté empezando a llenarse de agua.  A medida que avanza el día de hoy, en lugar de que la lluvia disminuya, se vuelve más intensa durante todo el día.  Ahora mismo hay viento.  Los árboles se mueven con el ir y venir de la brisa.  Esta tarde el viento será muy fuerte.  Se desplazará a cien-treinta kilómetros por hora con ráfagas de ciento cuarenta o cincuenta.  Algunas de las familias perderán sus techos.  Algunas familias tendrán casas que se llenarán de agua.  Una o dos personas que viven justo en la costa perderán la vida entre las olas y el agua que los baña.  Los que permanezcan aquí, en esta vida caída, llorarán por la pérdida de sus seres queridos y de sus bienes materiales.

¿Y qué dijo el Señor de todos de los que lloran?  Serán consolados.  Una paradoja que merece una reflexión seria.

Comencemos con la lección más fácil y avancemos hasta el motivo más difícil para llorar.  Las familias que esta tarde pierden todas sus pertenencias llorarán porque no tienen una cama donde dormir ni muebles donde descansar.  Todo quedará empapado y arruinado por los vientos y la lluvia.  Sin embargo, son bendecidos cuando lloran. 

SI “aprenden” de esta terrible circunstancia que las “cosas” que pensaban que eran “suyas” – nunca lo han sido – valía la pena pasar (vivir) esta tarde.  SI, con la llegada de este huracán a sus vidas aprenden que todo lo que vemos está hecho de polvo y se “perderá” - tarde o temprano - hoy ha sido un “buen” día para ellos.  Porque – SI aprenden a confiar en Jesucristo – aprenderán a vivir para lo que no vemos.  Esto se llama fe.

Ahora podemos aprender la siguiente idea, y la más dura (en nuestra forma egoísta de pensar), de las familias que “lloran” esta tarde en Luisiana.  Las familias que pierden a un ser querido – un miembro de su familia muere a causa del viento y las olas en la costa.  Este es el resultado más difícil de cualquier circunstancia trágica.  La muerte de un ser querido.  Y lloramos porque los amamos.  Y nuestro Señor dice – somos bienaventurados porque lloramos.  Seremos bendecidos si aprendemos de la muerte de nuestro ser querido que todos somos como la hierba – aquí un día y mañana no.  (Sal. 103:14-16)  

TODAS las circunstancias – TODAS ellas, incluidos los huracanes – son para nuestro beneficio y SU gloria – SI APRENDEMOS de ellas.  

Piénselo.

Bienaventurados los que lloran.  Esta promesa – esta paradoja – es aún más profunda.  Aquellos que lloran profundamente, que sufren la mayor pérdida – y APRENDEN de AQUEL que permitió las circunstancias – serán consolados aún MÁS.  En el momento adecuado.  Recibimos algo de consuelo en esta vida.  Cuando reconocemos a nuestro SEÑOR está obrando, recibimos algo de consuelo.  Pero el verdadero consuelo que recibiremos está en tiempo futuro.  Como nuestra salvación.  Estamos salvos, pero todavía no.  Seremos consolados, pero todavía no.

Entonces, mis queridos hermanos y hermanas, en lugar de concentrarse en la pérdida, aprendan a estar agradecidos por los “huracanes” de la vida.  Santiago 1:2-3 – “Tened por TODO GOZO cuando sufres diversas pruebas”.  Cuanto más profundo es el dolor, mayor es la pérdida – mayor es el consuelo.  En SU “tiempo”.  No el nuestro.  Necesitamos “aprender” a llevar nuestra “cruz” en Su honor.  Servir silenciosamente a los demás mientras esperamos QUIÉNES seremos cuando dejemos esta vida llena de “huracanes”.  Llena de lágrimas.  Llena de sufrimiento.  Y nuestro SEÑOR nos dice – en MEDIO del dolor – somos BENDECIDOS y seremos consolados.

Necesitamos aprender a CONFIAR EN ÉL hoy.  ÉL sabe lo que nos sucederá hoy.  Y TODO eso – lo bueno y lo malo – es parte de SU plan.  Si lo malo incluye nuestras decisiones pecaminosas – merecidamente sufriremos las consecuencias de nuestras decisiones.  Si lo malo es el resultado de SU plan para nuestras vidas – podemos SABER humilde y mansamente que sucedió para nuestro beneficio y SU gloria.  Y confiaremos en ÉL.

Bienaventurados los que lloran
pues ellos serán consolados.

1 comment:

Útiles Para ÉL y SU CUERPO

Romanos 12:4  Pues así como en un cuerpo tenemos muchos miembros, pero no todos los miembros tienen la misma función, Tú y yo no "pedim...