Juan 3:35
El Padre ama al Hijo
y ha entregado todas las
cosas en Su mano.
La Trinidad. Tres Personas (todo DIOS) en UNO (DIOS). Leemos “sobre” diferentes aspectos de la
“Trinidad” en la Biblia, pero no entendemos claramente QUIÉNES son (ES) “ELLOS”
(ÉL). ELLOS / ÉL se entrelazan. Sin embargo, actúan individualmente. Juan el Bautista nos da una idea de un
aspecto de la Trinidad cuando habla de la relación del Señor Jesucristo con el
Padre en el tercer capítulo del libro de Juan.
Juan
el Bautista vivió una vida inusual, por decir lo menos. Él “creció” en el desierto, comiendo
langostas y miel. Fue “escogido” por
Dios antes de nacer. Y su vida de
soledad y reflexión fue utilizada por Dios (Trinidad) para SU gloria. Jesucristo, mientras caminaba sobre esta
tierra, declaró que “¡entre los nacidos de mujeres no se ha levantado nadie
mayor que Juan el Bautista!” (Mt. 11:11)
El ministerio del Bautista fue corto.
Proclamó que Jesucristo era de arriba y que estaba sobre todos. (Juan
3:31) Él entendió que Jesucristo era Dios.
Dijo: “Yo mismo he visto y he testificado que éste es el Hijo de Dios”.
(Juan 1:34)
Durante
su “corta” (y especial) vida, a Juan el Bautista se le permitió comprender
“algunos” aspectos de la Trinidad.
Entendió que DIOS ES amor.
Explicó a sus discípulos que el Padre ama al Hijo. El amor que se encuentra en la Trinidad está
más allá de nuestra comprensión. El amor
que ELLOS (ÉL) tienen (tiene) el uno por el otro se entrelaza eternamente. No podemos comprender el amor eterno por y
desde un DIOS eterno y omnisciente para SÍ MISMO. Pero podemos respetar lo que no entendemos.
Podemos quedarnos asombrados por el hecho de que ÉL (ELLOS) quiere(n) que
reflexionemos y comprendamos “algo” de quiénes ELLOS (ÉL) son (es). Es por SU gracia que reconocemos SU existencia. Sin SU gracia, ni siquiera entenderíamos este
hecho básico.
Y a
Juan el Bautista se le permitió divinamente “entender” aún más quién es
Jesucristo. ÉL ES el HIJO. Y el PADRE ha entregado todas las cosas en SU mano.
Jesucristo estuvo presente cuando se creó la creación. “En el
principio, Dios…” DIOS es un sustantivo plural. ÉL es más de una persona, pero SU nombre representa una
entidad singular – DIOS. El pronombre en
Génesis 1:26 es la primera persona del plural: “Hagamos al hombre…” La Trinidad estuvo presente en la creación. El libro de
Juan, capítulo 1, proporciona más detalles sobre la creación de
la Creación. De alguna manera,
Jesucristo estuvo al “frente” cuando se hizo la creación. “Todas las cosas vinieron a existir a través
de Él (la Palabra – Jesucristo)”. Esto
se comprende más fácilmente cuando leemos lo que Juan el Bautista aprendió en
el desierto. “El Padre ha entregado
todas las cosas en Su mano”.
Porque
“ahora” (en “nuestro tiempo” presente), Jesucristo tiene el “control” de la
creación en un “sentido” en primera persona.
El Espíritu Santo fue “enviado” por Jesucristo cuando regresó al
Padre. La Trinidad disfruta del
servicio. ELLOS son humildes. Para ELLOS, el servicio no está
subordinado. El servicio es un honor y
ELLOS disfrutan sirviéndose Unos a Otros.
Y por “ahora”, el PADRE “sirve” al HIJO permitiéndoLe “tener todas las
cosas”.
Un
“día” (o más claramente expresado – un “momento” en nuestra existencia),
después de que Jesucristo haya puesto todas las cosas en sujeción a Él mismo,
“entonces el HIJO MISMO también se sujetará a Aquel (PADRE) que sujetó todas
las cosas a ÉL, para que DIOS sea todo en todo. (1 Cor. 15:28) El HIJO
devolverá al PADRE todo lo que el PADRE puso en las manos del HIJO.
Es
BUENO para nosotros reflexionar sobre “cómo” DIOS se revela a diferentes
personas en diferentes momentos a lo largo de los siglos. Moisés escribió el libro del Génesis. Moisés entendió que DIOS (singular) es un
sustantivo plural (nosotros). Juan (el
amado apóstol) entendió que JESUCRISTO estuvo (de alguna manera) al frente
cuando se hizo la Creación. Juan el Bautista entendió que el PADRE había puesto todas las cosas en manos del
HIJO. Pablo entendió que en algún lugar
(en algún momento) en el futuro, el HIJO devolvería al PADRE todas las cosas
que el PADRE le había sometido.
Y
nosotros – los muy favorecidos y escogidos, disfrutaremos eternamente de estar
en SU presencia en el cielo. No porque “hicimos” algo,
SINO porque ÉL (ELLOS) ES (SON) amor. Sería
prudente comenzar a adorarlo ÉL
(ELLOS) hoy por TODO lo que ÉL
(ELLOS) ha (han) hecho y hará(n).
El Padre ama al Hijo
y ha entregado todas las cosas en Su mano.
Favor de escribir tus comentarios aquí. Gracias.
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