Thursday, April 3, 2025

Algunos Días Son Buenos, Otros No Tanto.

Eclesiastes 7:13-14
Considera la obra de Dios:
Porque ¿quién puede enderezar lo que Él ha torcido?
Alégrate en el día de la prosperidad,
Y en el día de la adversidad considera:
Dios ha hecho tanto el uno como el otro
Para que el hombre no descubra nada que suceda después de él.

Esta perícopa (pasaje) comienza con una pregunta retórica: ¿Quién puede cambiar lo que Dios ha hecho (determinado)? La respuesta obvia es – NADIE. ÉL no se deja influenciar por SU creación – tú y yo. ÉL hace lo que ÉL quiere. Afortunadamente para nosotros, ÉL ama a SUS elegidos – tú y yo. Si no lo hiciera, estaríamos en un grave problema eterno. No podemos deshacer lo que ÉL decide hacer – jamás. PERO DIOS es un DIOS de amor y, al mismo tiempo, ÉL ES santo. Y ÉL resolvió nuestro problema de pecado en la cruz. Nos “revestiremos” de la justicia de JESUCRISTO para siempre. No podemos percibirla - todavía. Pero – SU justicia nos ha “revestido” con cuerpos sobrenaturales y eternos. Nos ha dado vida eterna “en” ÉL.

La segunda parte de esta perícopa merece una seria consideración. (También debe recordarse para circunstancias futuras). “Disfruta el día de la prosperidad”. Disfrútalo. DIOS nos concede días de calma y tranquilidad. Nos permite “disfrutar” de nuestra existencia. Debemos AGRADECERLE por los días "buenos" que experimentamos. De la misma manera que honramos a DIOS en SU bondad hacia nosotros en los días “buenos”, debemos estar agradecidos por los días “malos”. No crecemos cuando estamos tranquilos y bendecidos. No se requiere “morir al yo” para “disfrutar” de la paz serena. Hay numerosos pasajes que nos dicen que nuestro CREADOR quiere moldearnos a SU imagen. Mientras soportamos la incomodidad, ÉL enseña. Cuando “pasamos” muchos días, semanas, meses de dolor e incomodidad, “disfrutamos” más profundamente de la paz serena de los días “buenos”. LO adoramos más profundamente a medida que comprendemos con mayor claridad el daño que causamos con nuestros pecados. Cuanto más sufrimos, más profundamente consideramos el dolor que causamos (causábamos) a otros. El pecado es doloroso. Vivimos en un mundo maldito.

DIOS soberanamente nos permite experimentar lo bueno y lo malo porque LE encanta enseñar. Nuestra habilidad de disfrutar de lo “bueno” es superficial – hasta que vivimos MUCHAS experiencias “malas”. Cuando experimentamos MUCHAS experiencias “malas” – agradecemos más lo “bueno”. Merecemos lo “malo”. Todos nos hemos ganado los días “malos” que vivimos. Olvidamos “quiénes” somos – pecadores. (Pecadores quienes – por SU gracia – son perdonados). Cuando un “mal” día nos sucede – culpamos a los demás, culpamos a Dios. Y olvidamos – que nos hemos “ganado” nuestros días “malos”. Nuestras decisiones de pecar crean más dolor a quienes nos rodean. Por SU gracia, no vivimos tantas experiencias “malas” como merecemos. Porque ÉL ES amor, no experimentamos todo el “mal” que merecemos.

Es BUENO recordar – la próxima vez (quizás hoy) que tengas un día “malo” (o varios días “malos” seguidos) – que DIOS determinó este día (período) “malo” en tu vida antes de que nacieras.  ÉL “hizo” tanto los días “buenos” como los “malos”. Es DIOS QUIEN ESTÁ obrando. En los días “buenos” y en los días “no tan buenos”. ÉL nos ama. Y ÉL enseña – TODO el “tiempo”. ¡¡¡Simplemente necesitamos “aprender” a prestar atención a SUS lecciones!!!
Considera la obra de Dios:
Porque ¿quién puede enderezar lo que Él ha torcido?
Alégrate en el día de la prosperidad,
Y en el día de la adversidad considera:
Dios ha hecho tanto el uno como el otro
Para que el hombre no descubra nada que suceda después de él.

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