La Certeza de DIOS

Romanos 8:38-39 

Porque estoy convencido 

de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni lo presente, ni lo por venir, ni los poderes, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada 

nos podrá separar del amor de DIOS 

que es en CRISTO JESÚS SEÑOR nuestro.  

En su carta a la iglesia en Roma, Pablo argumentó extensamente que la humanidad es depravada.  "No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno" (Rom. 3:12).  Luego, guiado por el ESPÍRITU SANTO, dedica aún más tiempo a analizar el increíble amor expresado en la gracia de DIOS hacia la humanidad.  Para mí, el capítulo 8 de Romanos es la culminación de mucha teología profunda y, a veces, difícil de comprender. ÉL SABE.  Todo.  Siempre.  Y nos amó antes de crear la creación.  Él tiene un plan.  Para el bien de quienes LO aman (Rom. 8:28).  Al analizar este plan eterno - Pablo se adentra en la certeza de lo que debe suceder.  Aquí es donde nos encontramos en Romanos 8:38-39.  

Lo que DIOS, EL PADRE, en SU perfecta santidad, logró mediante la muerte vicaria de SU único HIJO, JESUCRISTO, ha sido y sigue siendo aplicado por el ESPÍRITU SANTO a todos los individuos que ÉL escogió.  Y no hay absolutamente nada en la creación de DIOS que puede superar / alterar / conquistar SU amor.   Ese es el mensaje de Romanos 8:38-39.  Nada puede "deshacer" lo que DIOS ha hecho por nuestra salvación.  No hay forma de perderlo.  

Ayer conocí a un sacerdote católico en el aeropuerto.  Iba a Honduras a visitar su familia.  Se llamaba Carlos. Tenía unos 30 años.  Un joven agradable, vestido con la sotana de un sacerdote nicaragüense.   Le pregunté - que sucede cuando morimos?  Afirmó que si morimos en pecado, tenemos que ir al purgatorio... la respuesta católica estándar.  Le pregunté sobre Efesios 2:8 - "Es por gracia que sois salvo."  El respondió con Santiago - "la fe sin obras es muerta."  (Confundiendo / mezclando salvación con santificación.) Lo que Carlos y la doctrina (tradición) de la iglesia católica se niegan a comprender es la claridad de Romanos - especialmente capítulo 8 - y aún más claros versículos 38 y 39.  Nuestros "pecados" no pueden apartarnos del amor de DIOS.  Nuestra salvación es un acto "completado" (en el pasado) de un DIOS soberano.  No hay manera de alterar lo que DIOS decide hacer.  Somos seres creados.  No tenemos más autoridad que DIOS.  Este hecho teológico nos subordina a SU voluntad.  En Romanos 8, DIOS declara Su plan de salvación como Soberano.  ÉL está al mando.  ÉL hará lo que ÉL declaró.  

Pablo enumera muchos aspectos diferentes y potentes que crean problemas para los seres humanos débilies en Romanos 8:38-39.  Luego declara que NINGUNO de estos problemas puede impedir que DIOS complete SU plan.  NADA puede superar lo que JESUCRISTO hizo en la cruz.  Ciertamente, no nuestros pecados como piensa la iglesia "Católica".  

Pablo termina versículo 39 afirmando que JESUCRISTO, nuestro SEÑOR murió en la cruz en nuestro lugar por SU amor.  El amor constriñe.  Al amor ata.  Y debemos amar a DIOS y amar nuestro prójimo.  Lo que JESUCRISTO - verdadero DIOS y verdadero hombre - logró en la cruz fue - precisamente - el perdón de nuestros pecados - de una vez por todos (Heb. 10:10; Rom. 6:10; Heb. 9:12; 1 Pe. 3:18; Ju. 1:3).  La iglesia "Católica" ha tomado una verdad bíblica y la ha convertido en un semiblasfemia.   La muerte y resurreción de JESUZCRISTO bastan para salvar a todo ser humano que DIOS elegió del infierno eterno que tanto merece.  

Y ustedes y yo, mis queridos (queridas) hermanos y hermanas, somos más que bendecidos al "entender" este hecho.  La mayoría (como casi todo) del mundo no comprende esta verdad. Es la gracia de DIOS la que nos permite tener esperanza eterna en ÉL.  ÉL es un DIOS muy, muy BUENO para SUS escogidos. 

                                    Porque estoy convencido 

        de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni lo presente, ni lo por venir, ni los poderes, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de DIOS que es en CRISTO JESÚS SEÑOR nuestro.