Salmo 18:30
Perfecto es el camino de DIOS;
probada es la palabra del SEÑOR.
ÉL es escudo a
todos los que en ÉL se refugian.
Nuestro DIOS es
perfecto. ÉL es eterno. Sabemos que ÉL es perfecto porque podemos medir SU
constancia en la creación. Las estrellas que ÉL creó en el universo obedecen
las leyes de la física de maneras que no comprendemos del todo. Hay
circunstancias en SU universo que los humanos podemos medir, pero que no
entendemos. Pero – en SU constancia – todas SUS leyes de la existencia física
se mantienen vigentes. Tienen que ser constantes para que SU creación continúe.
Si DIOS no fuera perfecto, SU creación no tendría orden.
También podemos
percibir SU perfección por SU palabra. ÉL es santo, santo, santo. Y ÉL requirió
la muerte de SU HIJO sin pecado – JESUCRISTO – para que pudiéramos ser
perfectamente perdonados. Ningún otro sacrificio habría logrado el perdón
eterno. JESUCRISTO se envolvió en carne humana y se hizo como nosotros para
pagar el castigo que merecemos. Y en la cruz, comprendemos que nuestro DIOS es
perfecto. ÉL ama con perfección. Y, al mismo tiempo, ÉL es perfectamente santo. Observamos, y entendemos estos principios (conceptos, ideas) por el estudio de SU palabra perfecta (y la bondad del ESPÍRITU SANTO guiándonos).
La palabra de DIOS
es probada. DIOS “habló” a SU pueblo a través de SU palabra. “Toda Escritura es
inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir, para
instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, equipado
para toda buena obra” (2 Timoteo 3:16-17). La Escritura, la palabra de DIOS, es
“inspirada” – literalmente – exhalada. (In“spire” – exhaló – re“spirar” – aliento)
DIOS “habló” SU palabra a profetas, apóstoles y a SUS siervos escogidos para
que pudiéramos tener y conocer SU palabra hoy (la Biblia). SU palabra es viva
(Hebreos 4:12). Nos transforma a medida que aprendemos de ÉL y acerca de ÉL. SU
palabra es TODO que necesitamos para que seamos preparados para TODO que DIOS
quiere que seamos / vivimos / hacemos (véase el último parte de 2 Timoteo
3:17). SU palabra es probada.
Nuestro DIOS es
escudo para todos los que se refugian en ÉL. Esta afirmación es un poco
confusa. Es difícil de entender. Solo nos refugiamos en ÉL por SU gracia.
Nuestra carne no quiere ser convencida por su naturaleza pecaminosa – incluso
después de “nacer de nuevo”. Si es posible, como cristianos, preferimos vivir
lo más lejos posible de DIOS. Pero DIOS, en Su rica misericordia y gracia, en SU
hesed (amor fiel), nos busca constantemente. Si nos “olvidamos” de
compartir el día de hoy con ÉL, nuestro SEÑOR amoroso no nos abandonará. Al reflexionar sobre la profundidad de SU
gracia, debemos rendirnos a ÉL tanto como podamos. ÉL es escudo para quienes se
refugian en ÉL. Mientras luchamos “con” ÉL para mantenerLO en el trono de
nuestros corazones, cada día, ÉL es un escudo. ÉL nos protege. Seremos sabios
luchar con ÉL en el deseo de conquistar nuestra carne. SU protección crece a
medida que nos rendimos a SU amor y guía.
Perfecto es el camino de DIOS; probada es la palabra del SEÑOR. ÉL es escudo a todos los que en ÉL se refugian.
Favor de escribir tus comentarios aquí. Gracias.
ReplyDelete