Friday, August 15, 2025

Grandes Cosas NOS Ha Hecho

Lucas 1:49  
Porque grandes cosas me ha hecho el PODEROSO; 
Y santo es SU nombre.

María fue una mujer muy bendecida - ¡y ella lo SABÍA!  Ella alabó al CREADOR de todo por haberla elegido (y creado). Ella era la “madre” del SEÑOR viviente – JESUCRISTO. El ESPÍRITU SANTO la cubriría con SU sombra (v. 35) y ella llevaría a DIOS envuelto en carne humana – JESUCRISTO – en su vientre. Era un honor para una mujer judía dar a luz. Era el mayor honor traer al ALTÍSIMO a este mundo caído. Y María, la joven bendita y elegida, así lo hizo. Experimentó (observó) muchos milagros en su vida. Porque DIOS – el SEÑOR de toda la creación – soberanamente así lo escogió.

Pregunta – ¿Podemos decir lo mismo que María? – “Porque grandes cosas me ha hecho el PODEROSO; Y santo es SU nombre”. Creo que podemos afirmar con honestidad y sinceridad que nuestro SEÑOR ha hecho mucho más por (y “en”) nosotros que lo que hizo en María. Consideremos / razonemos mi proposición. DIOS (por el ESPÍRITU SANTO) puso una parte de SÍ MISMO —JESUCRISTO— en el vientre de María. JESUCRISTO se humilló y se “vistió” en carne. Desapareció del cielo y de la tierra durante nueve meses mientras SU “cuerpo perfecto del ser humano” se desarrollaba en el vientre de María. El SEÑOR de toda la creación puede hacer esto con muy poca incomodidad para SÍ MISMO – salvo pasar nueve meses “escondido” de la creación.

Ahora – consideremos nuestra salvación. Según la palabra de DIOS – cuando somos “salvos” – “nacemos de nuevo”. Un nuevo “ser” (persona) vive dentro de nosotros. TODOS nuestros pecados y transgresiones – TODOS – los que cometimos en el pasado – los que cometemos hoy y los que cometeremos hasta que dejemos estos cuerpos pecaminosos – fueron perdonados en la cruz. Esto está completo. Está HECHO. Nada en la creación puede detener el “proceso” de salvación que DIOS ha comenzado en nosotros (Romanos 8:38-39; Filipenses 1:6). Si iba a perdonarnos - la santidad de DIOS requirió que ÉL “castigara” a JESUCRISTO – SU HIJO unigénito (la “ofrenda perfecta”) – con un castigo eterno (para cada hijo adoptado) en la cruz. No entendemos todo lo que DIOS hizo en la cruz. No tenemos la capacidad de “pensar” en los términos necesarios para “entender” lo que DIOS ha hecho. Pero SABEMOS que el “resultado” de la cruz es nuestro perdón eterno. SU justicia nos es “imputada”. JESUCRISTO tomó nuestros corazones pecaminosos y distorsionados y los perfeccionó. Eternamente (2 Corintios 5:21). El resultado del castigo sustitutivo de JESUCRISTO en nuestro lugar es que podemos afirmar honesta y sinceramente que somos eternamente salvos. No lo merecemos. No lo ganamos. DIOS – en SU amor por SUS hijos adoptivos – hizo esto para demostrar SU bondad, SU amabilidad – y las riquezas de SU gloria para SUS elegidos (Efesios 1:18) – para SU gloria. 

Entonces – yo diría que “nosotros” podemos afirmar lo mismo que María afirmó hace poco menos de 2000 años con más convicción y profundidad de sentimiento que ella tuvo en el momento en que Gabriel la dijo lo que DIOS le iba a hacer: “Porque grandes cosas NOS ha hecho el Poderoso; Y santo es Su nombre”. SABEMOS que somos eternamente salvos. SABEMOS que nuestro SEÑOR es santo porque pagó un precio tan alto en la cruz. La cruz LE “costó” a DIOS más que SU llegada al vientre de María. Desde “mi” perspectiva limitada, nuestra “salvación” es más poderosa (y costosa) que SU llegada al vientre de María (aunque era parte del mismo "plan" de rescatarnos). La muerte fue conquistada en la cruz. Recibimos el perdón eterno a través de la sangre de JESUCRISTO. Y, como resultado de las “grandes cosas ‘nos’ ha hecho el PODEROSO”, debemos esforzarnos por rendirnos a ÉL mientras LO alabamos con nuestras vidas en este mundo caído. ÉL ha hecho cosas increíbles por nosotros y para nosotros. Y ÉL ES santo. ¡¡¡Alabemos a nuestro SEÑOR y honrémosLE hoy!!!
Porque grandes cosas me ha hecho el PODEROSO; 
Y santo es SU nombre.

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