Lucas
1:49
Porque grandes cosas me ha hecho el
PODEROSO;
Y santo es SU nombre.
María fue una
mujer muy bendecida - ¡y ella lo SABÍA! Ella alabó al CREADOR de todo por haberla
elegido (y creado). Ella era la “madre” del SEÑOR viviente – JESUCRISTO. El
ESPÍRITU SANTO la cubriría con SU sombra (v. 35) y ella llevaría a DIOS
envuelto en carne humana – JESUCRISTO – en su vientre. Era un honor para una
mujer judía dar a luz. Era el mayor honor traer al ALTÍSIMO a este mundo caído.
Y María, la joven bendita y elegida, así lo hizo. Experimentó (observó) muchos
milagros en su vida. Porque DIOS – el SEÑOR de toda la creación – soberanamente
así lo escogió.
Pregunta –
¿Podemos decir lo mismo que María? – “Porque grandes cosas me ha hecho el PODEROSO;
Y santo es SU nombre”. Creo que podemos afirmar con honestidad y sinceridad que
nuestro SEÑOR ha hecho mucho más por (y “en”) nosotros que lo que hizo en
María. Consideremos / razonemos mi proposición. DIOS (por el ESPÍRITU SANTO)
puso una parte de SÍ MISMO —JESUCRISTO— en el vientre de María. JESUCRISTO se
humilló y se “vistió” en carne. Desapareció del cielo y de la tierra durante
nueve meses mientras SU “cuerpo perfecto del ser humano” se desarrollaba en el
vientre de María. El SEÑOR de toda la creación puede hacer esto con muy poca
incomodidad para SÍ MISMO – salvo pasar nueve meses “escondido” de la creación.
Ahora –
consideremos nuestra salvación. Según la palabra de DIOS – cuando somos
“salvos” – “nacemos de nuevo”. Un nuevo “ser” (persona) vive dentro de
nosotros. TODOS nuestros pecados y transgresiones – TODOS – los que cometimos
en el pasado – los que cometemos hoy y los que cometeremos hasta que dejemos
estos cuerpos pecaminosos – fueron perdonados en la cruz. Esto está completo.
Está HECHO. Nada en la creación puede detener el “proceso” de salvación que
DIOS ha comenzado en nosotros (Romanos 8:38-39; Filipenses 1:6). Si iba a
perdonarnos - la santidad de DIOS requirió que ÉL “castigara” a JESUCRISTO – SU
HIJO unigénito (la “ofrenda perfecta”) – con un castigo eterno (para cada
hijo adoptado) en la cruz. No entendemos todo lo que DIOS hizo en
la cruz. No tenemos la capacidad de “pensar” en los términos necesarios para
“entender” lo que DIOS ha hecho. Pero SABEMOS que el “resultado” de la cruz es
nuestro perdón eterno. SU justicia nos es “imputada”. JESUCRISTO tomó nuestros
corazones pecaminosos y distorsionados y los perfeccionó. Eternamente (2
Corintios 5:21). El resultado del castigo sustitutivo de JESUCRISTO en nuestro
lugar es que podemos afirmar honesta y sinceramente que somos eternamente
salvos. No lo merecemos. No lo ganamos. DIOS – en SU amor por SUS hijos
adoptivos – hizo esto para demostrar SU bondad, SU amabilidad – y las riquezas
de SU gloria para SUS elegidos (Efesios 1:18) – para SU gloria.
Entonces – yo
diría que “nosotros” podemos afirmar lo mismo que María afirmó hace poco menos
de 2000 años con más convicción y profundidad
de sentimiento que ella tuvo en el momento en que Gabriel la dijo
lo que DIOS le iba a hacer: “Porque grandes cosas NOS ha hecho el Poderoso; Y
santo es Su nombre”. SABEMOS que somos eternamente salvos. SABEMOS que nuestro
SEÑOR es santo porque pagó un precio tan alto en la cruz. La cruz LE “costó” a
DIOS más que SU llegada al vientre de María. Desde “mi” perspectiva limitada,
nuestra “salvación” es más poderosa (y costosa) que SU llegada al vientre de
María (aunque era parte del mismo "plan" de rescatarnos). La muerte fue conquistada en la cruz. Recibimos el perdón eterno a
través de la sangre de JESUCRISTO. Y, como resultado de las “grandes cosas
‘nos’ ha hecho el PODEROSO”, debemos esforzarnos por rendirnos a ÉL mientras LO
alabamos con nuestras vidas en este mundo caído. ÉL ha hecho cosas increíbles
por nosotros y para nosotros. Y ÉL ES santo. ¡¡¡Alabemos a nuestro SEÑOR y
honrémosLE hoy!!!
Porque grandes cosas me ha hecho el PODEROSO;
Y santo es SU nombre.
Favor de escribir tus comentarios aquí. Gracias.
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