Colosenses
2:6-7
Por tanto,
de la manera que
recibieron a Cristo Jesús el Señor,
así anden (viven) en Él;
firmemente arraigados
y edificados en
Él
y confirmados en su fe,
tal como fueron instruidos,
rebosando de gratitud.
En SU gracia,
recibimos vida eterna en perfección. Para siempre, como seres perfectamente
santos y justos. Por la gracia de nuestro SEÑOR – recibimos un estatus
importante en SU creación. Somos llamados SUS hijos adoptivos. Para siempre. Y
nuestro SEÑOR será exaltado. Como debe ser. Por nosotros – SUS hijos escogidos,
así como los ángeles que presenciaron todo esto. ÉL será exaltado.
¿Qué debemos
hacer como resultado de haber recibido este don eterno de salvación de nuestros
pecados? Debemos ANDAR EN ÉL. Andar – cuando se da como instrucción – casi
siempre significa “vivir” – como en este caso. Debemos “vivir” EN ÉL.
Debemos respetar lo que ÉL ha hecho por nosotros. Y debemos llegar a nuestra
vida diaria con el deseo de servir a los demás. ÉL nos “sirvió” al salvarnos.
Debemos seguir SU ejemplo. Debemos andar (vivir) EN ÉL.
Habiendo estado
firmemente arraigados… Nuestra comprensión de QUIÉN es JESUCRISTO y de “quiénes”
somos nosotros EN ÉL debe tener raíces profundas. Debemos ser como árboles
plantados junto a arroyos… (Salmos 1:3). Debemos estudiar SU palabra, meditar
en ÉL, orar sin cesar, ayunar – hacer de las disciplinas espirituales una parte
activa de nuestras vidas. Nuestras raíces deben ser profundas. Firmes.
Inquebrantables. Creencias formadas y moldeadas por circunstancias difíciles y
dolorosas. Creencias fuertes. Raíces profundas.
A medida que
estas raíces se profundizan, debemos “edificar en ÉL”. Nuestras firmes
creencias se resultarán en “acciones” que edifican sobre SU fundación. Debemos
edificar con oro, plata y piedras preciosas (1 Corintios 3:11-12). Somos “piedras
vivas” que construimos sobre ÉL (1 Pedro 2:4). Nuestras vidas deben ser “gastados”
en SU honor – sirviendo a los demás.
Establecidos en
la fe… Lo que NO vemos es más real que lo que percibimos. Nuestros “sentidos”
nos confunden. Esta vida de polvo es temporal. Lo que no podemos ver – en el
ámbito de la fe – es la realidad. Y debemos andar (vivir) EN ÉL. Nuestra fe
debe estar establecida. Nuestras decisiones deben basarse EN JESUCRISTO. Estas
decisiones – con el tiempo – nos dan una realidad más segura. “Establecemos”
nuestra identidad EN ÉL. Nuestra
definición de la realidad se transforma. Tiene su base EN ÉL. Somos “establecidos”.
Tal como fuimos
instruidos… la palabra de DIOS es coherente. Debemos ser instruidos e instruir
a otros con base en una interpretación literal de SU palabra. Solo así la
palabra de DIOS puede tener el mismo significado para todas las generaciones –
en todas partes. La coherencia de SU palabra, enseñada y entendida – literalmente.
Se basa en la interpretación contextual de las palabras escritas en los idiomas
originales – hebreo, un poco de arameo y griego. Nuestra enseñanza debe ser
coherente con las enseñanzas de quienes nos precedieron – casi siempre… La
historia de la Iglesia Cristiana presta credibilidad a lo que se enseña.
Y rebosando…
Deberíamos detenernos varias veces al día – y pellizcarnos. (Esta es una forma
antigua de decirlo – necesitamos "despertar" y recordar). Iremos al
cielo – para siempre. No por nada que hayamos hecho o haremos. Tendremos
cuerpos perfectos, eternos y glorificados. Nos encontraremos con JESUCRISTO en
persona. Sonreiremos y saludaremos a Noé, Abraham, Adán, Eva, el rey David,
Jonás (¿seguirá quejándose? 😊), Pablo, Job, Juan (ambos – discípulo
amado y bautista), Pedro, la viuda pobre, el ladrón en la cruz… ¡Todos estarán
allí! ¡Y los CONOCEREMOS! Nuestro futuro es CONSUMADO (Juan 19:30). Nuestro
DIOS es soberano. ¡ÉL SABE! ¡Y debemos "REBOSAR DE GRATITUD!"
Deberíamos recordarnos varias veces al día lo que experimentaremos. ESTO
SUCEDERÁ. Nadie ni nada puede alterar lo que nuestro SEÑOR ha declarado.
Debemos animarnos mutuamente e informar a los desconocidos que conocemos de la
verdad y la esperanza que TENEMOS en nuestro SEÑOR – JESUCRISTO. ¡ÉL ES un buen
DIOS!
Por tanto,
de la manera que recibieron a Cristo Jesús el Señor,
así anden (viven) en Él;
firmemente arraigados
y edificados en Él
y confirmados en su fe,
tal como fueron instruidos,
rebosando de gratitud.
Favor de escribir tus comentarios aquí. Gracias.
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