Juan 17:17
Santifícalos en la verdad; Tu palabra es verdad.
Es BUENO estudiar la
palabra de Dios. Dios nos dice en varios versículos del Antiguo y Nuevo
Testamento que debemos CONOCER Su palabra. Lo repite a menudo porque sabe que
no es una tarea fácil. Nuestra “carne” no quiere sentirse condenada. Somos
lentos para estudiar la palabra de Dios porque es "una espada viva de dos filos" que nos corta (He. 4:12). Los “cortes” que hace son en nuestro orgullo y
pecaminosidad. Nos convence y nos moldea a la imagen de Jesucristo.
El proceso de estudiar la palabra de Dios es un desafío. Nuestra “carne”
y nuestras “viejas vidas y hábitos” luchan contra El Espíritu Santo en nosotros todos los días. El
mundo (nuestros viejos hábitos) y la carne no quieren perder el “control” sobre
nosotros. A medida que crecemos en el conocimiento de la palabra de Dios, nos
liberamos de las mentiras que nos han dicho nuestras “viejas vidas” y “nuestra
carne” (Juan 8:31-32).
Nuestro disgusto por la convicción nos mantiene atrapados en una vida
espiritual estancada. No crecemos ni nos desarrollamos. No aprendemos cuáles
son nuestros dones espirituales. No disfrutamos sirviendo a los demás.
A medida que aprendemos a comprometernos con un tiempo programado que
requiere que reflexionemos en la palabra de Dios y vivamos este compromiso,
aprendemos que Dios nunca nos pide que hagamos cosas que nos hagan sentir
incómodos sin darnos una recompensa aún mayor. Él SABE que nuestra carne y
nuestros hábitos no quieren perder el “control” de nuestros pensamientos. Él
también SABE que cuando CONFIAMOS en Él por fe, Él nos recompensa con MÁS paz y
claridad. (Salmo 1:2-3)
Al estudiar Su palabra, somos santificados. Nos volvemos más como
Jesucristo. A medida que nos parecemos más a Jesucristo, nuestras vidas se
vuelven más fáciles de vivir porque tienen un propósito claro y un significado
más profundo.
Favor de escribir tus comentarios y preguntas aquí. Gracias.
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