Salmo 27:1
El Señor es mi luz y mi salvación;
¿A
quién temeré?
El Señor es la fortaleza (refugio) de mi vida;
¿De quién tendré
temor?
Es
fácil para nosotros, los seres “carnales” que somos, olvidar QUIENES
somos. Insistimos en nuestras orgullosas
creencias de que podemos “manejar” esta vida.
Podemos “hacer” lo que sea necesario para seguir adelante. Podemos “cuidarnos a nosotros mismos”. Esto puede ser “en cierto modo” cierto. Pero, al “vivir” la vida de esta manera,
negamos a nuestro sustentador más importante y poderoso – DIOS. Cuando nos tomamos un momento en la mañana y
simplemente recordamos QUIENES SOMOS – “CRISTIANos”. Personas QUE llevan el nombre de su SEÑOR y
SALVADOR. LE PERTENECEMOS. Todos los demás que conocemos y vemos hoy –
algún “día” – se arrollidarán ante ÉL.
TODOS. Y cuando recordamos esto
antes de salir por la puerta en otro día “ocupado” – SI sólo recordamos esto –
nuestro día se llena de esperanza, de tranquilidad.
Porque
ÉL está a cargo de todo lo que sucede. (ÉL
nos mantiene responsables de nuestros pecados.) Y ÉL nos ayudará y protegerá,
SI sólo Lo buscamos a ÉL. ÉL es
luz. ÉL proporciona claridad a lo que
sucede a nuestro alrededor. SU presencia
nos ayuda a tener sabiduría. Puede que
no entendamos nuestras circunstancias, pero “sabemos” cómo “vivirlas” – confiamos
en ÉL.
ÉL es
mi salvación. Cuando recuerdo mi “fin”,
mi destino final, quiero seguir adelante y honrarLo por TODO lo que Él me ha
dado. Una eternidad en el cielo. Inmerecido.
ÉL tiene control sobre la eternidad.
¿A
quién temeré? Nadie. ÉL tiene la vida y la muerte en SU mano. ÉL es
el Creador. Puedo “sonreír” ante los días
sombríos y oscuros – porque SÉ que pasarán. No durarán para siempre.
Y cuando terminen – seguiré
sonriendo. Porque mi SEÑOR me ama y ÉL
tiene el control de todo. ÉL ES DIOS. Y no
me sucederá nada que ÉL no
supiera antes de que el sol comenzó a brillar.
Sólo necesito recordármelo a mí mismo
– y me siento alentado.
El
Señor es mi refugio. Me escondo en
ÉL. ÉL es mi lugar de consuelo y
descanso porque ÉL me ama lo suficiente como para sufrir y morir en mi lugar. Y puedo confiar en SU amor
por mí.
Independientemente de lo que me pase, puedo confiar en ÉL. EL ES
BUENO. ÉL ES AMOR. Y
puedo encontrar significado y consuelo en SU definición de “quién” soy –
un hijo adoptivo de DIOS. ÉL me dará una
herencia que no merezco. Porque mi SEÑOR me ama.
¿A
quién temeré? Nadie. El CREADOR de todos y de todo ha declarado SU
amor por mí en la cruz. ÉL no “dijo” ÉL
me amaba. ÉL lo “vivió”. DIOS murió en una cruz. Por mis pecados y vergüenza. ÉL dio SU vida por mí. No hay nadie ni nada más que pueda
amenazarme. El SEÑOR vivo me llama
SUYO. Soy SU hijo para siempre. Y anhelo estar con ÉL. Para que puedo alabarLo por SU gracia hacia
mí. Y puedo decirLe – gracias por todo
lo que ERES y todo lo que has hecho por mí. Lo alabaré por siempre porque ÉL me escogió. Y ÉL es un DIOS muy bueno. Sólo necesito recordarLo.
El Señor es mi luz y mi salvación;
¿A quién temeré?
El Señor es la fortaleza de mi vida;
¿De quién tendré temor?
Favor de escribir tus comentarios aquí. Gracias.
ReplyDelete