Eclesiastes 7:13-14
Considera la obra de Dios:
Porque ¿quién puede enderezar lo que Él ha torcido?
Alégrate en el día de la prosperidad,
Y en el día de la adversidad considera:
Dios ha hecho tanto el uno como el otro
Para que el hombre no descubra nada que suceda después de él.
Esta
perícopa (pasaje) comienza con una pregunta retórica: ¿Quién puede cambiar lo
que Dios ha hecho (determinado)? La respuesta obvia es – NADIE. ÉL no se deja
influenciar por SU creación – tú y yo. ÉL hace lo que ÉL quiere. Afortunadamente
para nosotros, ÉL ama a SUS elegidos – tú y yo. Si no lo hiciera, estaríamos en
un grave problema eterno. No podemos deshacer lo que ÉL decide hacer – jamás. PERO
DIOS es un DIOS de amor y, al mismo tiempo, ÉL ES santo. Y ÉL resolvió nuestro
problema de pecado en la cruz. Nos “revestiremos” de la justicia de JESUCRISTO para siempre. No podemos percibirla - todavía. Pero – SU justicia nos ha “revestido”
con cuerpos sobrenaturales y eternos. Nos ha dado vida eterna “en” ÉL.
La
segunda parte de esta perícopa merece una seria consideración. (También
debe recordarse para circunstancias futuras). “Disfruta el día de la
prosperidad”. Disfrútalo. DIOS nos concede días de calma y tranquilidad. Nos
permite “disfrutar” de nuestra existencia. Debemos AGRADECERLE por los días "buenos" que experimentamos. De la misma manera que honramos a DIOS en SU bondad
hacia nosotros en los días “buenos”, debemos estar agradecidos por los días
“malos”. No crecemos cuando estamos tranquilos y bendecidos. No se requiere “morir
al yo” para “disfrutar” de la paz serena. Hay numerosos pasajes que nos dicen
que nuestro CREADOR quiere moldearnos a SU imagen. Mientras soportamos la
incomodidad, ÉL enseña. Cuando “pasamos” muchos días, semanas, meses de dolor e
incomodidad, “disfrutamos” más profundamente de la paz serena de los días
“buenos”. LO adoramos más profundamente a medida que comprendemos con mayor
claridad el daño que causamos con nuestros pecados. Cuanto más sufrimos, más
profundamente consideramos el dolor que causamos (causábamos) a otros. El
pecado es doloroso. Vivimos en un mundo maldito.
DIOS
soberanamente nos permite experimentar lo bueno y lo malo porque LE encanta
enseñar. Nuestra habilidad de disfrutar de lo “bueno” es superficial – hasta
que vivimos MUCHAS experiencias “malas”. Cuando experimentamos MUCHAS
experiencias “malas” – agradecemos más lo “bueno”. Merecemos lo “malo”. Todos
nos hemos ganado los días “malos” que vivimos. Olvidamos “quiénes” somos –
pecadores. (Pecadores quienes – por SU gracia – son perdonados). Cuando un “mal”
día nos sucede – culpamos a los demás, culpamos a Dios. Y olvidamos – que nos
hemos “ganado” nuestros días “malos”. Nuestras decisiones de pecar crean más
dolor a quienes nos rodean. Por SU gracia, no vivimos tantas experiencias “malas”
como merecemos. Porque ÉL ES amor, no experimentamos todo el “mal” que
merecemos.
Es
BUENO recordar – la próxima vez (quizás hoy) que tengas un día “malo” (o varios
días “malos” seguidos) – que DIOS determinó este día (período) “malo” en tu
vida antes de que nacieras. ÉL “hizo”
tanto los días “buenos” como los “malos”. Es DIOS QUIEN ESTÁ obrando. En los
días “buenos” y en los días “no tan buenos”. ÉL nos ama. Y ÉL
enseña – TODO el “tiempo”. ¡¡¡Simplemente necesitamos “aprender” a prestar
atención a SUS lecciones!!!
Considera la obra de Dios:
Porque ¿quién puede enderezar lo que Él ha torcido?
Alégrate en el día de la prosperidad,
Y en el día de la adversidad considera:
Dios ha hecho tanto el uno como el otro
Para que el hombre no descubra nada que suceda después de él.
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