Efesios
4:29
No salga de la boca de ustedes
ninguna palabra mala,
sino solo la que sea buena para edificación,
según la
necesidad del momento,
para que imparta gracia a los que
escuchan.
Cuando leí este
versículo esta mañana, sentí como si me hubieran echado un(a) balde (cubeta) de
agua helada, o como si me hubieran dado una bofetada (cachetada). Necesito
aprender a controlar mi lengua. Santiago también tiene buenas reflexiones sobre
este problema... ¿Puedo sugerir amablemente que tomemos este versículo en
serio? Todos deberíamos "pensar" más y hablar con más reflexión...
“No salga de tu
boca ninguna palabra mala.” Eso es suficiente para reflexionar. De vez en
cuando vislumbramos quiénes somos – provisto por EL ESPÍRITU SANTO. Y este
versículo – bajo la guía y convicción del ESPÍRITU SANTO – muestra muchas
imperfecciones. Muchas cosas que tienen que cambiar. Ahora. No mañana. No
cuando mi vida "mejore".
Siempre entendemos esa parte al revés. Siempre culpamos
a DIOS. Una vez que el estrés disminuya, cuando tengamos más dinero, cuando
tengamos más… lo que sea - cambiaremos nuestro comportamiento y nuestras vidas
mejorarán. “DIOS sabe cuánto queremos cambiar…” – y prometemos que lo haremos –
cuando ÉL nos dé esto o haga aquello… Esta es una lógica al revés. Si aplicamos
la Palabra de DIOS hoy – nuestras vidas mejorarán hoy. Confía y obedece. Así
que – no permitas que ninguna palabra mala salga… hoy. En todo el día.
Ahora bien –
Pablo – guiado por el ESPÍRITU SANTO no se limita a nuestro silencio. No basta
con callar. Muchas veces, en esta vida ajetreada y confusa, no respondemos a
preguntas ni comentarios. El silencio no siempre proviene de la sabiduría. En
muchos versículos del Antiguo y el Nuevo Testamento, se nos instruye a
“conocer” la palabra de DIOS. El silencio es mejor que hablar con insensatez.
El ESPÍRITU SANTO quiere que seamos un pueblo de “luz”. Un pueblo de “sal”. No
fuimos salvos para vivir en silencio. Ni para asistir a la iglesia todos los
domingos e irnos a casa. Fuimos salvos eternamente y nos dejó en este planeta
caído y polvoriento para honrar a nuestro SALVADOR. Pablo pensó en el “costo”
de nuestro rol / propósito en esta vida de esta manera: “Ahora me alegro de mis
sufrimientos por ustedes, y en mi carne, completando lo que
falta de las aflicciones de CRISTO, hago mi parte por SU cuerpo, que es la
iglesia”. (Col. 1:24) Por favor, comprendan que debemos estudiar la palabra de
Dios intensamente – con disciplina – para poder “responder a la necesidad del
momento” – en cualquier momento – en esta vida caída. A veces – rara vez pero
con seguridad – el silencio es la respuesta correcta y sabia. La MAYORÍA de las
veces, no lo es. Si queremos palabras que “sean edificantes” – debemos pagar el
precio – completar los sufrimientos de nuestro SEÑOR. Debemos ESTUDIAR SU
palabra. Necesitamos CONOCERLO a través
de SU palabra para poder responder por ÉL mientras estemos en esta vida.
Debemos SER SU luz – SU sal – en cualquier momento de nuestra existencia.
Y la meta es que
podamos “dar gracia a los que oyen”. DIOS – en la forma de JESUCRISTO y el
ESPÍRITU SANTO residen (moran) en nosotros. Ahora mismo. Y quieren que SEAMOS
útiles para la gloria de JESUCRISTO – no para la nuestra. Cuando abrimos la
boca – debemos dar “gracia a los que oyen”. JESUCRISTO nos amó lo suficiente
como para esperar nueve meses en el vientre de María, caminar y barrer los
pisos de la casa de José y María, ayudar a construir algunos muebles durante
varios años, antes de comenzar SU ministerio. Luego pasó 3 años mostrándoles a
todos que DIOS MISMO – EMMANUEL – llegó. ÉL vino. Luego pasó 3 horas terribles
SIENDO “hecho pecado” (cualquier idea trágica que esto comunique – no está
claro pero es duro) para que pudiéramos ser eternamente perdonados. Y después
de todo esto – ÉL nos pide que vivamos hoy para ÉL. Nuestras vidas ya no son
“nuestras”. Hemos sido comprados. Somos esclavos de CRISTO. Y ÉL quiere que
hablemos gracia a los que oyen. Hoy. Todo el día. Entonces - habla. A las
personas con las que te encuentres. Todo el día. Y usa todo el conocimiento
bíblico posible. Al reconocer la necesidad de CONOCER SU palabra. Para que podremos honrarLO por unos años.
Antes de que ÉL nos lleve a nuestro “hogar”.
No salga de la boca de ustedes ninguna palabra mala,
sino solo la que sea buena para edificación,
según la necesidad del momento,
para que imparta gracia a los que escuchan.
Favor de escribir tus comentarios aquí. Gracias.
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