Proverbios
15:1
La respuesta suave aplaca la ira,
pero la palabra áspera hace subir el
furor.
¿Cómo respondemos
a las palabras (o circunstancias) con las que no estamos de acuerdo? Nuestra
carne no tiene problema en responder. Todos sabemos qué es
"aceptable" – según nuestros propios criterios. Y ahí radica el
problema. En una vida llena de celulares y videos en “streaming” – cada
individuo define su propia – muy limitada – definición de lo que es
"aceptable". En nuestro celular - podemos encontrar personas y grupos de personas que apoyan nuestra definición de "aceptable". Y alejamos de los de mas aún más...
Observen la
actual guerra cultural – cada vez más violenta – entre
"conservadores" y "liberales" aquí en Estados Unidos. Hay
gente golpeada y arrestada. Políticos — congresistas, jueces de la Corte
Suprema y el presidente — siguen usando palabras que antagonizan y aumentan la
antipatía entre ambos grupos. Si los líderes de este país creyeran en
Jesucristo y leyeran Proverbios 15:1, la violencia disminuiría. El problema se
resolvería. En una nación donde se rechaza a Jesucristo – esta esperanza
desaparece.
Nuestra “naturaleza”
no quiere responder con amabilidad a palabras o circunstancias que nos
incomodan. Respondemos a acusaciones, amenazas y desacuerdos con palabras tan
fuertes o incluso más fuertes que las que acabamos de recibir. Queremos ser más
importantes, más correctos, “mejores” que la persona (o personas) que
menosprecia o rechaza nuestra definición de "aceptable". Por lo
tanto, no podemos conversar. En cambio – discutimos.
Una conversación
termina mejor. No daña. Es BUENO que respondamos con respuestas suaves.
Especialmente cuando nos han herido, ofendido o nos han impuesto su definición
de “aceptable”. Una palabra suave es BUENA. La palabra áspera no es. Dediquemos
este día a ser suaves con nuestras palabras.
Y cada día después de hoy.
La respuesta suave aplaca la ira,
pero la palabra áspera hace subir el furor.
Favor de escribir tus comentarios aquí. Gracias.
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