La Transacción Más Injusta

Isaías 53:5 

Pero Él fue herido por nuestras transgresiones, 

Molido por nuestras iniquidades. 

El castigo, por nuestra paz, 

cayó sobre Él, 

Y por Sus heridas hemos sido sanados.

Nos enseñan a buscar siempre la ventaja en cualquier transacción. Nuestra depravación — egocentrismo corrupto — lo exige. Incluso cuando decimos que “amamos” a alguien – constantemente nos encontramos con un egoísmo redefinido en cualquier relación (especialmente en el matrimonio). Somos seres distorsionados y caídos. Este hecho se hace aún más cierto después de ser salvos / nacidos de nuevo. Antes de nuestro renacimiento, no entendíamos ni percibíamos nuestro egoísmo. Después de nacer de nuevo, lentamente, con vacilaciones, llegamos a comprender que NO somos personas naturalmente "buenas". Es "antinatural" que un ser humano caído y perdonado (un cristiano) sea verdaderamente amable – que "ame" a alguien verdadera y genuinamente. Se requiere un acto de DIOS para que queramos siquiera intentar ser verdaderamente amables y amar a alguien.

El hecho de que exista la posibilidad de que ocasionalmente podamos hacer lo que es verdadero y correcto se encuentra en Isaías 53:5. Isaías recibió el derecho, la oportunidad o la carga (depende en “cómo” interpretas sus profecías) de escribir la profecía más injusta de la historia de la creación. El "ÉL" en Isaías 53:5 no es otro que JESUCRISTO – el único HIJO de DIOS. Y JESUCRISTO – siendo verdaderamente DIOS y verdaderamente Hombre – aguantó la transacción más injusta e irrazonable que jamás haya sucedido.  Alguna vez.  

JESUCRISTO fue, es y será por siempre DIOS. ÉL es eternamente santo. Eternamente perfecto. ÉL fue clavado en una cruz – y “hecho pecado” (2 Corintios 5:21). ÉL tomó sobre SÍ nuestros pecados, la avaricia, el orgullo y el egocentrismo. ÉL tomó sobre SÍ toda la corrupción que éramos / somos / seremos. ÉL fue colgado en un madero y maldecido (Gálatas 3:13).

Nunca comprenderemos la profundidad de SU sufrimiento. Como DIOS, fue desamparado (abandonado) mientras soportaba nuestro “castigo eterno” en un período de tres horas. Una eternidad de dolor y sufrimiento por cada individuo que sería “salvado”, condensada en un periodo de tiempo donde ÉL pagaría “el precio completo”. Nuestra deuda ha sido pagada por “completo”. Estamos literalmente redimidos.

Como JESUCRISTO aceptó el castigo por nuestras almas eternas pecadoras, egocéntricas y orgullosas – ÉL imputó (colocó) en nosotros SU justicia perfecta. La transacción más injusta e irrazonable en la historia eterna. ÉL tomó nuestros pecados sobre SÍ mismo y puso "en" nosotros SU justicia perfecta. "Por SUS heridas somos sanados". Isaías no pudo haber comprendido la profundidad de nuestra "sanación" cuando escribió estas palabras. Todavía no lo entendemos. Seremos – un "día" – hechos perfecta y eternamente justos. No porque "hicimos" algo. No porque seamos "buenas" personas hoy. Tendremos SU justicia perfecta / intocable en nuestros cuerpos inmortales. Un "día" - entenderemos más clara y profundamente - "lo" que JESUCRISTO hizo en la cruz. ÉL nos hizo eternamente (yendo "hacia adelante") perfectos en cuerpo y alma. Literalmente (un día) nacemos de nuevo. Para hacernos espiritualmente perfectos – JESUCRISTO fue hecho pecado. Sufrió física, emocional y, sobre todo – espiritualmente. Para que pudiéramos estar eternamente en SU presencia – perfectamente.

Y lo único que ÉL, cortés y respetuosamente, nos “pide” a cambio es que LO honremos con el resto de nuestros años en estos cuerpos mortales. Que vivamos por ÉL y para ÉL. Desde el día en que nacemos de nuevo hasta que dejemos este polvo. ÉL soportó la transacción injusta más grande de la historia porque nos amó. Y nos pide que LO amemos a cambio. Con nuestras vidas. Así que, queridos hermanos y hermanas – ¡hagámoslo! AmémosLO a ÉL y a los demás – porque ÉL nos amó primero.

Pero Él fue herido por nuestras transgresiones, 

Molido por nuestras iniquidades. 

El castigo, por nuestra paz, 

cayó sobre Él, 

Y por Sus heridas hemos sido sanados.