La Entrada Triunfal

Mateo 21:5 

“Digan a la hija de Sión: 

‘Mira, tu Rey viene a ti, 

Humilde y montado en un asna, 

Y en un pollino, 

hijo de bestia de carga’”.

Al leer esta cita del Antiguo Testamento en Mateo, debemos recordar al autor de este evangelio y a su audiencia. Mateo era un recaudador judío de impuestos que escribía a una audiencia judía. Aunque los cuatro evangelios mencionan esta escena, Mateo proporciona más detalles. Mateo quería que los judíos (y todos los demás) recordaran los detalles de las profecías de Zacarías 9:9 e Isaías 62:11. Más de 500 años antes de que Jesucristo entrara en Jerusalén montado en una asna, se había profetizado que esto ocurriría. Lo que nadie entendía en las profecías de Zacarías e Isaías era que el Mesías vendría dos (2) veces. La primera llegada sería humilde y pacífica. El Mesías había venido a restaurar la “paz” entre los seres humanos pecadores y caídos y un DIOS santo. Él lograría este asombroso acto con humildad. Sería severamente golpeado y luego crucificado en menos de una semana a partir de ese fatídico día. Su muerte proporcionó el sacrificio perfecto necesario para “salvar” a muchos de la condenación eterna.

Jesucristo entró en Jerusalén montado en un burro. Un burro es una bestia de carga. Espiritualmente, el burro es un animal muy apropiado para Su entrada en la ciudad elegida por Dios. En pocos días, nuestro SEÑOR y SALVADOR llevaría todas nuestras cargas espirituales en la cruz. Por otro lado, los conquistadores del mundo entraban en las ciudades montados en espléndidos caballos. Los caballos eran símbolos de fuerza y ​​poder. Un día, nuestro SEÑOR regresará como SEÑOR de señores y REY de reyes. Ese día, la CREACIÓN sabrá QUIÉN es soberano. Él regresará montado en un caballo esplendido y blanco. Ningún rey, que haya existido ni existirá jamás, tendrá más poder o autoridad que Él. Y los ejércitos que insensatamente marchan contra su pueblo — ISRAEL (en ese tiempo) — serán destruidos total y completamente. Las aves carroñeras se alimentarán durante días de los cuerpos esparcidos por la llegada de Jesucristo para salvar a Su pueblo elegido. La humildad es un aspecto importante del carácter de Dios. Él es amor. Él también es santo. Además de omnipotente. El día que Jesucristo regrese para establecer Su reinado milenial en Jerusalén – el mundo verá un aspecto del SEÑOR soberano que ellos (y nosotros) hemos olvidado o no comprendemos. Él es omnipotente. Con una sola palabra de Su boca – millones morirán. ÉL ES DIOS. Sin embargo – en Su primera venida a Jerusalén – fue humilde, montado en un burro. Debemos estar eternamente agradecidos – hoy y siempre – por lo que nuestro Señor ha decidido hacer por nosotros y Sus elegidos. Continuaremos observando y aprendiendo acerca de ÉL, a medida que ÉL avanza con SU plan.

“Digan a la hija de Sión: 

‘Mira, tu Rey viene a ti, 

Humilde y montado en un asna, 

Y en un pollino, 

hijo de bestia de carga’”.