Responsabiliad Generacional

Colosenses 3:16 

Que la palabra de Cristo habite en abundancia en ustedes, 

con toda sabiduría enseñándose y amonestándose unos a otros

 con salmos, himnos y canciones espirituales, 

cantando a Dios 

con acción de gracias en sus corazones.

El capítulo 3 de Colosenses comienza con la advertencia esencial de Pablo – “por tanto”. En este punto de su carta – Pablo está aplicando la teología que expresó anteriormente. Y el versículo 16 de esta carta habla mucho de la importancia de que cada miembro de SU Cuerpo obedezca. Observe atentamente lo que dice…

Que la palabra de Cristo habite en abundancia… Se nos dice en varios pasajes del Antiguo y Nuevo Testamento que aprendamos, estudiemos y escudriñemos la palabra de DIOS. Como SUS hijos adoptivos eternos, esta instrucción es importante. En primer lugar – a un nivel egocéntrico – porque afecta nuestra existencia eterna. “Porque el ejercicio físico aprovecha poco, pero la piedad es provechosa para todo, pues tiene promesa para la vida presente y también para la futura” (1 Timoteo 4:8). Alcanzamos la “piedad” al obedecer la palabra de DIOS. Debemos CONOCER SU palabra si queremos “aplicarla”. Hay consecuencias eternas para nuestra obediencia (o falta de ella). Así que – aprende la palabra de DIOS para que “habita en abundancia en ti” (Salmos 1:2-3).

Con toda sabiduría enseñandose y amonestandose... El ESPÍRITU SANTO ha “supervisado” el desarrollo del cuerpo de CRISTO durante los últimos 2000 años. Ha sido una lucha constante.  Los seres humanos no estamos dispuestos a ceder el control a nadie – ni siquiera a DIOS – al ESPÍRITU SANTO. Cada generación tiene la oportunidad de ser una bendición en su “parte” de la historia del Cuerpo de Cristo. Cada generación debe “ocuparse de su salvación con temor y temblor” (Filipenses 2:12). La iglesia actual es muy débil.  El proceso de adquirir la “verdad” se ha facilitado en las instituciones de “alto” aprendizaje de hoy en día porque la gente no quiere aprender. Quieren que se les “entregue” el conocimiento. Como resultado del “embrutecimiento” – la iglesia se debilita. Debemos comprender que cada uno de nosotros tiene una responsabilidad ante CRISTO. SABEMOS que debemos aprender SU palabra. Aquellos que elijan obedecer serán recompensados eternamente.  Porque su conocimiento – cuando se aplica correctamente – resulta en su quebrantamiento. En su humildad. En su utilidad para el Cuerpo de Cristo. A medida que crecemos en la gracia y el conocimiento (ambos al mismo tiempo – 2 Pedro 3:18), podemos enseñar y amonestar.  Muchas personas en la iglesia actual se ofenden cuando se les amonesta.  Fíjense en lo que Pablo dijo que debemos HACER – enseñar y amonestar.  Necesitamos “madurar”.  Aprender no es fácil.  Y las consecuencias de enseñar y amonestar afectan a SU Cuerpo – para bien (si lo hacemos) y para mal (si no lo hacemos).  Cada generación tiene esta responsabilidad…  Porque el cristianismo no avanza por magia.  Avanza en la obediencia de SU Cuerpo sometiéndose al Espíritu Santo.  

Con salmos, himnos y canciones espirituales. En la iglesia primitiva, no había muchos documentos escritos. No existían imprentas ni libros. La gente aprendía con música. Cantaban las Escrituras para llevárselas a casa. Hemos memorizado dos salmos en nuestra iglesia sin darnos cuenta porque los cantamos. ¡Es BUENO cantar la palabra de Dios! La recordamos mejor. También es BUENO OBEDECER este versículo y dejar que Su palabra habita en abundancia por leerla y estudiarla. La iglesia necesita que todos sus miembros contribuyan a las conversaciones espirituales con sabiduría y amonestación. Si tan solo TODOS estudiáramos... 😊 Transformaría nuestra iglesia.

Cantando a Dios con acción de gracias en sus corazones. Si la iglesia creciera en su comprensión de "quiénes" somos – Pablo guiado por el ESPÍRITU SANTO no necesitaría añadir estas palabras. El ESPÍRITU SANTO es un animador. Él desea profundamente que "hagamos" bien. Se complace cuando obedecemos. Si entendiéramos un poco más profundamente "quiénes" somos – nadie necesitaría recordarnos que seamos agradecidos. Nuestro soberano, misericordioso y amoroso SEÑOR ha tomado a un grupo de personas egocéntricas, perdidas, confundidas, orgullosas, independientes y prepotentes y las ha reunido eternamente – en SU ​​Cuerpo. Y aquí estamos. Un grupo de pecadores perdonados que pasarán la ETERNIDAD en un cielo perfecto. No hicimos NADA para merecer este regalo eterno. Nada. DIOS nos DIO este regalo porque así lo eligió.

Pregunto – ¿de verdad necesitamos que nos recuerda que debemos estar “agradecidos”? Este versículo muestra la paciencia del ESPÍRITU SANTO con nosotros – los pecadores perdonados y depravados que somos. Y SÍ – ¡debemos estar agradecidos! Desde que nos despertamos hasta que recostamos la cabeza en la almohada esta noche. Agradecidos. Porque nuestro SEÑOR JESUCRISTO – un día – nos mostrará el cielo. Calles de oro. Un árbol enorme (que cambia de fruto cada mes). Un río cristalino. Moisés, Abraham, el rey David, Jonás, Ester, Rut, María, José, Pablo, Pedro, Juan – nuestros parientes (y aquellos que “conocemos” en esta vida) a quienes Él eligió… TODOS estarán allí. Y nosotros también. ¿Debería alguien animarnos a estar agradecidos? ¿De verdad? 

Que la palabra de Cristo habite en abundancia en ustedes, 

con toda sabiduría enseñándose y amonestándose unos a otros

 con salmos, himnos y canciones espirituales, 

cantando a Dios 

con acción de gracias en sus corazones.