2 Corintios 3:3
siendo manifiesto (es evidente)
que son carta de
Cristo
redactada (cuidada) por nosotros,
no escrita con tinta,
sino
con el Espíritu del Dios vivo;
no en tablas de piedra,
sino en tablas de
corazones humanos.
Este
versículo cubre rápidamente mucho terreno teológico. Necesitamos mirar los conceptos que
encontramos aquí y considerar “quiénes” somos y “dónde” estamos en nuestro
desarrollo espiritual con base en este pequeño versículo.
Es evidente que
todos ustedes ([you all - y’all] – en Texas y Alabama – una contracción
funcional para los de los grandes estados de Texas y Alabama – es segunda
persona del plural) son una carta de Cristo.
Entonces, “vamos a imaginar” que somos miembros de la iglesia en
Corinto. Están luchando con su
identidad. Han tenido problemas con
gente pecadora, juegos políticos, falta de respeto a Jesucristo – esto suena
familiar, ¿no? En el versículo 3, Pablo
declara: “Es evidente que ustedes son una carta de Cristo”. ¿Cómo luce el cuerpo de Cristo al que
asistes? ¿Es evidente que todos son una
“carta de Cristo”? ¿Tienen ministerios
en desarrollo? ¿Están los “miembros del
Cuerpo” que asistes desarrollando sus dones espirituales para el bien de los
miembros de la iglesia? ¿Han aprendido a
vivir y dar por los demás y no por ellos mismos? ¿Es evidente la “carta”?
Bien, ahora
llevemos este concepto al nivel personal.
Segunda persona – singular. Tú. Pablo al comienzo de este versículo reconoce la importancia de “hacer
discípulos”. Ellos (la gente de la
iglesia de Corinto) son una “carta de Cristo” que fue “cuidada” por él y otros
(probablemente Timoteo). Pablo entendió
la importancia de “transmitir” lo que había aprendido de Jesucristo. Y nosotros, 2,000 años después, tenemos la
misma responsabilidad. Jesucristo, en el
capítulo final (28) del libro de Mateo (inspirado por el Espíritu Santo) nos
dice que “hagamos discípulos”. En este
mandato intervienen dos personas de la Trinidad. Las palabras pertenecen a Jesucristo y el
Espíritu Santo inspiró a Mateo a escribirlas.
Deberíamos prestar atención y ponernos manos a la obra. “Haced discípulos”.
Siguiente
parte de la carta. ¿ERES una “carta de
Cristo” que es “evidente”? ¿Saben tus
amigos, vecinos, familiares, asociados, compañeros de trabajo, extraños en la
calle que eres una “carta de Cristo”?
¿Cómo va tu ministerio al Cuerpo de Cristo? ¿Ven “tus” hermanos y hermanas en Cristo
“evidencia” en tus acciones de que los amas?
No con una conversación amable.
Con tus acciones. Con tu
vida. ¿“Eres” una carta que es evidente
para los de su iglesia?
Y esta
carta no está escrita con tinta. No es
algo físico que tenemos que “obedecer”. No
estamos “bajo la ley”. En su carta a los
Gálatas (5:18), Pablo dijo: “Pero si son guiados por el Espíritu, no están bajo
la ley”. Si tu carta de Cristo no es
evidente para aquellos en tu iglesia – Si no actúas con amor hacia ellos – por
favor permíteme animarte a PENSAR en lo que Jesucristo ha HECHO por
nosotros. No estamos “bajo la ley”
porque ÉL aceptó el castigo requerido por la ley en nuestro lugar. Por haber sufrido este terrible precio, Él
nos pide que seamos Su carta. Sus siervos. Su gente.
Y cuando ENTENDAMOS esto, haremos cosas en Su cuerpo que demuestren que
amamos a las personas que Él ama.
Nuestra carta será evidente porque entendemos quiénes somos en
ÉL. SU pueblo elegido y
eternamente amado.
Y la
“carta” que SOMOS está escrita por el Espíritu Santo. Y el Espíritu Santo es amor porque ÉL es
DIOS. Y cuando permitimos que el
Espíritu Santo nos guíe, amaremos a los hermanos y hermanas en nuestro Cuerpo
de Cristo. No porque queramos que nos
“vean” hacer cosas. Sino porque ÉL nos
amó primero. Y HACEMOS cosas para
demostrar que queremos honrar Jesucristo.
Entonces, déjate guiar por el Espíritu Santo y HAGA cosas por los
miembros del Cuerpo de Cristo dónde estás.
Ámalos. No sólo con una sonrisa y
un saludo cordial. Pero con hechos. Déjales CONOCER Su amor a través de tu
vida. Sea una “carta” enviada por ÉL a
ellos. Y agradece la oportunidad de amar
a las mismas personas que Él ama. Y
TODOS - el Padre, el Hijo, el Espíritu Santo y tú mismo disfrutarán de tu
existencia. Sonreirás al dar lo que no
es tuyo (nada nos pertenece) a quienes Él ama.
Pero al dar lo que no puedes llevar contigo, creas tesoros eternos en el
cielo que nunca pueden ser quitados.
Entonces – da. Ama a Su
pueblo. Y ponte a gozar de que nuestro
Señor es tan, tan BUENO.
siendo manifiesto (es evidente)
que son carta de Cristo
redactada (cuidada) por nosotros,
no escrita con tinta,
sino con el Espíritu del Dios vivo;
no en tablas de piedra,
sino en tablas de corazones humanos.