Wednesday, August 28, 2024

Solo Él

Jeremías 9:23-24
 Así dice el Señor:
"No se gloríe el sabio de su sabiduría,
Ni se gloríe el poderoso de su poder,
Ni el rico se gloríe de su riqueza;
Pero si alguien se gloría, gloríese de esto:
De que me entiende y me conoce,
Pues Yo soy el Señor que hago misericordia,
Derecho y justicia en la tierra,
Porque en estas cosas me complazco", declara el Señor.

Jeremías profetizó a los judíos mientras su país caía (627 – 582 a.C.).  Al final de su ministerio, Jerusalén fue capturada por Babilonia.  Nabucodonosor tomó cautivos a los judíos conquistados.    "La historia se repite".  En la época de Jeremías – al igual que hoy – el pueblo ignoraba al Señor viviente incluso mientras “caminaban” por el templo.  Ellos “pensaron” en Él pero sólo lo honraron con sus labios.  Hoy en día tenemos personas que “van a la iglesia”.  Es algo “bueno” que hacer.  Pero no reconocen a Dios con sus vidas.  Y las consecuencias para nosotros siguen siendo las mismas que para Israel.

Y en el capítulo 9 de su libro profético, Jeremías ofrece una verdadera solución – una respuesta sólida a la creciente confusión, dolor y castigo que tuvo lugar en Israel hace 2,700 años y que vemos ocurrir a nuestro alrededor.  Jeremías elimina sistemáticamente todo pensamiento de orgullo que podamos intentar. 

En el versículo 23, Jeremías dice: No se gloríe en nuestro conocimiento bíblico.  No crea que el conocimiento de Su palabra es algo de lo que podemos jactarnos.  Porque no conseguimos la sabiduría por nosotros mismos.  Tampoco podemos gloriar de nuestra posición en la vida.  Si tenemos una empresa o mucha influencia sobre otros, esto no es algo que “nosotros” hayamos hecho.  Y, sobre todo en Estados Unidos, no podemos jactar del dinero que tenemos.  El dinero que Estados Unidos tiene hoy es el resultado de que hombres pecadores “inventaron” nuevas e insidiosas formas de manipular la moneda para “crear” más riqueza.  Este tremendo “castillo de naipes” (house of cards) se caerá.  Las mentiras que todos vivimos en este país se basan en una deuda nacional que nadie puede pagar.  El “fin” de esta serie de mentiras creadas por la manipulación económica no es bueno para nadie.  Pero, hagas lo que hagas, no “creas” que mereces o has ganado lo que tienes.  Vivimos una “mentira” en este país.  Y llegará a su fin.

Y después de destruir las mentiras a las que los creyentes tendemos a aferrarnos – nuestra “sabiduría”, nuestra “influencia”, nuestra “riqueza” – después de que Jeremías nos dice que no podemos confiar en ninguna de estas creencias falsas – ¿dónde termina? 

En el versículo 24, Jeremías ofrece la única solución verdadera a cualquier problema o dilema en esta vida caída – Nuestro Señor – en Su gracia, bondad y amor eterno – nos eligió para CONOCERLO.  Y esto es todo lo que todos tenemos que importa.  LO CONOCEMOS.  Y Él debería ser nuestra respuesta para todas las dolencias de esta vida “caída”.  Dolencias físicas, agitación emocional, pecados que son castigados.  La respuesta a toda la confusión que vemos y sentimos a nuestro alrededor es – CONOCEMOS A JESUCRISTO.   Y ÉL se llevará el crédito por nuestro conocimiento de ÉL.  Nosotros no “elegimos” ni siquiera esto.  

TODA la gloria – TODA – Le pertenece a ÉL.

Y no necesitamos nada más.  Él es nuestra respuesta.  Y Él está con nosotros mientras caminamos por el “valle de sombra de muerte”.  Esta vida es el valle donde la muerte se cierne sobre nosotros con certeza.  Pero Jesucristo está ahí, con nosotros y no debemos “temer ningún mal”.  Hasta la muerte ha sido conquistado por Él.  No tenemos nada a temer.  Absolutamante Nada.

Así que seguimos adelante, hermanos y hermanas.  Animar a los que están enfermos, aconsejar a los que están confundidos, amonestar a los que eligen pecar.  Ésta es nuestra tarea, por ahora.  Y ÉL es nuestra esperanza, nuestro refugio.  La única Persona de la que debemos jactarnos.  “Puestos los ojos en Jesucristo, el autor y consumador de la fe”.  (He. 12:2) Nos jactamos sólo de Él y de lo que ha hecho.  Él es bueno.  Y Él merece nuestra alabanza, especialmente ahora que la vida se vuelve más confusa.  
                                            
Jeremías 9:23-24
 Así dice el Señor:
"No se gloríe el sabio de su sabiduría,
Ni se gloríe el poderoso de su poder,
Ni el rico se gloríe de su riqueza;
Pero si alguien se gloría, gloríese de esto:
De que me entiende y me conoce,
Pues Yo soy el Señor que hago misericordia,
Derecho y justicia en la tierra,
Porque en estas cosas me complazco", declara el Señor.

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